DW.- Al menos 125 personas murieron la noche del sábado en un estadio de fútbol de Indonesia luego de que fanáticos enardecidos invadieran la cancha y la policía respondiera con gases lacrimógenos, lo que provocó una estampida, informaron las autoridades de la isla de Java este domingo. El número de heridos supera el centenar, según las últimas informaciones.
El vicegobernador de la provincia de Java Oriental, Emil Dardak, entregó los datos actualizados respecto a la tragedia, una de las peores de la historia del fútbol, que se desató durante un partido entre Arema y Persebaya Surabaya, en el estadio Kanjuruhan de la ciudad de Malang. El caos se desató cuando cerca de 3.000 aficionados del Arema irrumpieron en el campo tras la derrota 2-3 sufrida por su equipo, la primera en más de dos décadas frente a su archirrival.
Para contenerlos, y tras la muerte de dos agentes, las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos. Según explicó el jefe de policía de Java Oriental, Nico Afinta, la mayor parte de las muertes se produjo a raíz de la estampida de los aficionados, muchos de los cuales fallecieron asfixiados o pisoteados mientras intentaban abandonar el estadio. “Se volvió anárquico. (Los hinchas) comenzaron a atacar a los oficiales, dañaron los autos”, dijo Afinta en una rueda de prensa.
“No pasaba nada, no había motín. No sé cuál fue el motivo, de repente nos dispararon gas lacrimógeno. Eso me chocó, ¿no pensaron que había niños y mujeres?”, preguntó Doni, un sobreviviente. El director de un hospital dijo a una cadena local de televisión que entre las víctimas hay un niño de cinco años. El estadio tiene capacidad para 42.000 personas y según las autoridades estaba lleno. “Quisiera destacar que no todos los asistentes tuvieron una conducta anárquica. Solo unos 3.000 que ingresaron a la cancha”, señaló Afinta.
El presidente de Indonesia, Joko Widodo, expresó “sus más sentidas condolencias” y anunció que ha determinado “una evaluación exhaustiva de la ejecución de los partidos de fútbol” y de “los procedimientos de seguridad para su celebración”, así como una investigación para “averiguar a fondo” los sucesos en Malang. En tanto, el ministro de Deportes, Zainudin Amali, afirmó que no descarta la posibilidad de no permitir espectadores en los estadios.