Desconexión de la élite política con la realidad
Mientras el país transita por una situación de crisis, los principales candidatos a la presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia despliegan con total normalidad millonarias campañas electorales, cuyos gastos oscilan entre 12 y 27 millones de bolivianos (cifras proporcionadas por los mismos candidatos, que, en realidad, pueden ser conservadoras). Este contraste brutal entre la opulencia electoral y la precariedad de la clase trabajadora revela una grieta preocupante entre la política y la sociedad: la democracia boliviana se financia con dinero cuya procedencia se desconoce con exactitud, en un país que no puede alimentar ni abastecer adecuadamente a su gente. Lo primero que salta a la vista es el carácter obsceno de estas cifras en un contexto donde la inflación del primer semestre trepó al 15,53 %, lo que afecta directamente al bolsillo de la población por la pérdida del poder […]