Inhumanos envidiosos
La humanidad ha perdido recientemente a dos figuras extraordinarias: Mario Vargas Llosa y el Papa Francisco. No los califico de buenos ni malos; “extraordinario” significa aquí fuera de lo común, excepcional. Ambos, en sus respectivos ámbitos, dejaron una huella imborrable que los asegura un lugar en la historia por méritos propios. Sin embargo, las reacciones ante sus fallecimientos resultan inquietantes. En las redes sociales, donde todo parece amplificarse, leí comentarios como “un facho menos” sobre el escritor y “un comunista menos” sobre el pontífice. Estas palabras reflejan una polarización que no solo simplifica la complejidad de dos vidas, sino que revela una actitud preocupante hacia la muerte. Teólogos y científicos coinciden: la muerte nos iguala. No importa si somos anónimos o célebres, ricos o pobres, poderosos o discretos; tras el último aliento, nuestros cuerpos se descomponen y desaparecen. Hablar mal […]


