

En 1969, en medio de un contexto de escasez y militarización en Bolivia, nació uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía cochabambina: el pique macho. Ana María Quiñones, gerente del restaurante Miraflores, relata cómo su madre, Evangelina Rojas de Quiñones, creó este icónico platillo durante un convivio familiar.
El plato surgió como un gesto de generosidad: carne de res, chorizos, papas fritas al bastón y locoto se mezclaron en una preparación que, con el tiempo, se convertiría en un referente culinario. Su nombre se debe a los desafíos entre comensales, quienes bromeaban diciendo: «Si te comes varios locotos, eres un macho de verdad».
De lo casual a lo tradicional
Inicialmente, el pique macho se popularizó entre trabajadores del Lloyd Aéreo Boliviano, quienes frecuentaban el primer local de los Quiñones en el Prado cochabambino. Con el tiempo, el plato trascendió su público original y se convirtió en favorito de familias y grupos de amigos.
Para hacerlo más accesible, Evangelina Rojas añadió tomate, suavizando el picante sin perder su esencia. Así, el pique macho se consolidó como un plato versátil y arraigado en la cultura boliviana.
Miraflores: Un restaurante con historia
En 1978, la familia Quiñones trasladó su negocio a la calle Tarija, donde hoy sigue operando el restaurante Miraflores. Evangelina Rojas imaginó un espacio más que un local de comidas: un lugar de reuniones sociales, con ambientes amplios y una oferta gastronómica diversa, que incluía conejo, pato, pescado y cordero.
Actualmente, Ana María Quiñones dirige el negocio, preservando las recetas originales y adaptándose a los cambios generacionales. «Mientras tenga vida, seguiré con este legado», afirma.
Adaptación y futuro
Con 57 años de historia, el restaurante Miraflores ha superado crisis económicas y pandemias. Hoy, con un equipo renovado en un 90%, la prioridad es mantener la calidad y el servicio que los distinguen. «Seguiremos innovando para las nuevas generaciones», concluye Quiñones.
El pique macho y el restaurante Miraflores no solo son parte de la gastronomía boliviana, sino también de su identidad cultural. Un legado que perdura.
Fotos: Enfoque News, Restaurante Miraflores y GAMC
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