Ceguera biológica y ceguera ideológica
Entre las grandes virtudes humanas está la capacidad de compartir conocimiento con generosidad, confrontar ideas con respeto, argumentar con paciencia, educar con entusiasmo y discutir sin perder la calma. Es un arte instruir con la humildad de los grandes, manteniendo la serenidad frente a quienes, por arrogancia o soberbia intelectual, oyen pero no escuchan razones. Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura 1990, afirmó: “La ceguera biológica impide ver; la ceguera ideológica impide pensar”. ¡Cuántas veces la evidencia del error es clara, pero se la niega, o el acierto es evidente, pero se lo rechaza! El subjetivismo, la política, la ideología o el egoísmo suelen obstaculizar la aceptación de la verdad. Por eso, el ámbito académico —donde priman la ciencia, la lógica y la razón— ofrece un espacio privilegiado para el diálogo constructivo. En disciplinas como la medicina o la economía, […]



