Encuestas, sesgos y espejismos
A propósito de las elecciones nacionales, cada elección revive el mismo ritual: encuestas por doquier, nĆŗmeros que suben o bajan, titulares que exageran, redes que estallan y analistas que se disputan la interpretación de quiĆ©n va ganando. Sin embargo, entre tanta estadĆstica, entusiasmo y ruido, hay algo que muchos aĆŗn no comprenden: una encuesta no es una predicción y, si se interpreta mal, puede ser mĆ”s perjudicial que Ćŗtil. Las encuestas serias son herramientas poderosas. Permiten tomarle el pulso al electorado, detectar tendencias y entender cómo se mueven los Ć”nimos sociales en un momento preciso; son una foto instantĆ”nea. Sin embargo, tienen una condición fundamental: deben realizarse con rigor y, aĆŗn mĆ”s importante, interpretarse con cuidado. Pongamos un ejemplo que suele pasar desapercibido en el debate pĆŗblico: si una encuesta otorga un 48% a un candidato y un 46% a […]