

La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) advirtió este jueves sobre una crítica escasez de diésel que pone en jaque al sector agrícola y, con ello, la seguridad alimentaria de Bolivia. Fernando Romero, presidente de la entidad, expresó la preocupación de miles de productores que enfrentan dificultades para cosechar soya, maíz y sorgo, cultivos clave para el abastecimiento nacional.
En reuniones recientes con el ministro de Hidrocarburos y Energía, Alejandro Gallardo, y el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen, las autoridades reconocieron la insuficiencia de diésel para atender la campaña de verano. Según explicaron, la falta de divisas para pagar a proveedores internacionales limita las importaciones del combustible.
Ante este panorama, el Gobierno y YPFB propusieron un Plan de Emergencia que contempla importar diésel y venderlo a los productores a precios internacionales. Aunque Anapo rechaza esta medida por considerarla insuficiente, Romero señaló que están evaluándola como una opción desesperada para minimizar pérdidas. “No la apoyamos, pero debemos analizar todas las alternativas para proteger la inversión de nuestros asociados”, afirmó.
Un problema de fondo sin solución
Romero subrayó que el plan del Gobierno no aborda la raíz del problema: la ausencia de un suministro estable y accesible de combustible. Desde noviembre de 2024, los 14.000 agricultores afiliados a Anapo han enfrentado trabas para acceder a diésel, lo que ha elevado los costos de producción y debilitado la competitividad del sector. “La falta de una provisión regular de combustible amenaza la producción agrícola y la estabilidad alimentaria del país”, advirtió.
La crisis se agrava por otros factores que complican la campaña de verano, como inundaciones, lluvias persistentes y la suspensión gubernamental de las exportaciones de grano de soya, medida que ha generado incertidumbre y afectado los precios para los productores.
Llamado urgente al Gobierno
Pese a las adversidades, Anapo ratificó el compromiso del sector agropecuario con el desarrollo nacional y exigió al Gobierno soluciones concretas. “Urgen políticas que garanticen combustibles a precios justos y de forma estable”, insistió Romero. La entidad advirtió que, de no actuarse a tiempo, la crisis podría golpear la economía de miles de familias agrícolas y comprometer el acceso a alimentos de la población boliviana.
Este escenario convierte la escasez de diésel en un asunto de prioridad nacional, con repercusiones que trascienden el campo y afectan a toda la sociedad.
Sé el primero en dejar un comentario