

El Comité Multisectorial advirtió este martes sobre el impacto crítico que la escasez de diésel podría tener en la seguridad alimentaria del país. La preocupación surge luego de que el Gobierno nacional reconociera su incapacidad para cubrir la demanda de combustible necesaria para los sectores productivos, en plena campaña de verano, la más importante del año para el agro.
Klaus Frerking, presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) e integrante del Comité Multisectorial, alertó que el desabastecimiento de diésel ya está encareciendo los costos de producción, lo que podría traducirse en un aumento en los precios de los alimentos. “Los costos van a subir, lo que afectará directamente a la canasta familiar”, señaló Frerking. Además, advirtió que si la cadena de abastecimiento se rompe, la seguridad alimentaria del país podría verse comprometida en el corto plazo.
Según datos proporcionados por Frerking, actualmente ingresan al país 700.000 litros de diésel diarios, una cifra muy inferior a los 3,3 millones de litros que el sector productivo requiere durante la campaña de verano. “Eso es lo que necesitamos que nos entreguen oportunamente”, insistió.
Por su parte, Armin Dorgathen, presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), confirmó el lunes que el Gobierno no está en condiciones de satisfacer la demanda de combustible del sector productivo. Explicó que actualmente solo se está despachando entre el 40 % y el 50 % del diésel requerido y planteó como “solución temporal” vender el combustible a precio internacional.
La crisis también ha generado reacciones en otros sectores. Luis Añez, presidente de la Cámara de Transporte del Oriente, instó a las autoridades a tomar decisiones urgentes. “Si se va a fijar un precio internacional o no, es decisión del Gobierno. Pero deben actuar con responsabilidad, porque el país no puede seguir así”, enfatizó.
Osvaldo Barriga, presidente de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz (Cadex), criticó la falta de medidas concretas por parte del Gobierno. “No se trata solo de convocar a una conferencia de prensa para anunciar que no habrá diésel. Es responsabilidad de las autoridades establecer una solución inmediata”, remarcó.
Más allá del impacto en la producción agropecuaria, la escasez de diésel podría tener un efecto dominó en la economía boliviana, afectando desde el precio de los alimentos hasta la capacidad de exportación. Ante este escenario, los sectores productivos exigen respuestas urgentes para evitar una crisis mayor que comprometa la estabilidad económica y alimentaria del país.
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