

Dos diseñadoras colombianas están transformando la percepción de la hoja de coca a través de la moda y el arte. Daniela Rubio y Mónica Suárez, de la empresa Ginger Blond, promueven su uso lícito y productivo como tinta natural, buscando cambiar la narrativa negativa asociada a esta planta en un país que es el mayor productor mundial de cocaína.
El proyecto, denominado ‘Tinta Dulce’, nació de un trabajo territorial con agricultoras artesanas en El Tambo, Cauca. En colaboración con la Agencia de Cooperación de Estados Unidos (USAID), descubrieron el potencial de la hoja como pigmento natural, inspirándose en investigaciones de la diseñadora Marta Sastre de los años noventa.
Del Cauca a escenarios internacionales
Lo que comenzó como un taller de tintorería natural ha crecido hasta presentarse en foros globales. Las diseñadoras han expuesto su iniciativa en la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas (CND) en Viena y en discusiones del Ministerio de Justicia colombiano. Su trabajo demuestra el potencial creativo y comercial de la hoja de coca más allá de los estigmas.
Según un informe de la UNODC y el Ministerio de Justicia, la producción de cocaína en Colombia alcanzó un récord histórico de 2.600 toneladas en 2023. Frente a este panorama, ‘Tinta Dulce’ se erige como un ejemplo de desarrollo económico alternativo para las comunidades.
Una paleta de colores sostenible
El proceso para obtener la tinta consiste en sumergir la harina de coca molida en agua a diferentes temperaturas. Tras filtrar los residuos, se tiñen fibras naturales como fique, lana, algodón y seda. Usando mordientes y modificadores de pH, se logra una paleta de colores que va desde amarillos hasta verdes y tonos rojizos.
Actualmente, el proyecto produce cuatro tipos de materiales: tintas para textiles, serigrafías, acuarelas y tintas para impresión gráfica. Esta última ha sido usada para tiradas de más de 1.500 ejemplares, demostrando su viabilidad industrial.
Impacto social y cultural
El trabajo de Ginger Blond trasciende lo comercial. Han realizado talleres en el Museo de Arte Contemporáneo de Panamá (MAC) y participaron en la iniciativa ‘Coca, palabra, mundo’ en Nueva York, organizada por Open Society Foundations. En Colombia, sus capacitaciones en Ubaté y Bogotá han reunido a artesanas, periodistas, artistas y académicos.
Además, han desarrollado un ‘Manual de tintas’ que detalla los procesos técnicos y ‘Pajarita’, un cuaderno para colorear con crayolas de coca dirigido a niños, con el objetivo de fomentar una nueva conceptualización de la planta a través del arte.
Con ‘Tinta Dulce’, Rubio y Suárez no solo ofrecen una alternativa económica sostenible, sino que invitan a reimaginar el potencial de un recurso ancestral profundamente arraigado en la cultura andina.
(Con información de VoA)
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