

Evo Morales, presidente de la organización política Evo Pueblo, reveló este domingo que Unidad Cívica Solidaridad (UCS), a la cabeza del alcalde de Santa Cruz, Jhonny Fernández, lo contactó para una posible alianza electoral de cara a los comicios del 17 de agosto, pero estableció dos condiciones irrenunciables: ser el candidato presidencial y excluir de las listas legislativas a exintegrantes del partido Creemos, a quienes calificó de «golpistas».
Las declaraciones las realizó durante su programa dominical en Radio Kawsachun Coca, donde además descalificó el llamado a la unidad de la izquierda lanzado por el presidente Luis Arce, tildándolo de «pedido de auxilio».
Las condiciones y el rechazo a la unidad del MAS
Morales aseguró que revisó las listas de candidatos de la UCS y encontró nombres vinculados a Creemos, organización política opositora liderada por el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho. Sus exigencias son:
1. Su postulación como candidato presidencial.
2. Eliminar a exmiembros de Creemos de las candidaturas al Legislativo.
«No podemos aliarnos con golpistas», afirmó el también presidente de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba.
Este acercamiento se da pese a que la UCS negó previamente negociaciones con el líder del MAS. Sin embargo, Morales insistió: «Me ha llamado UCS. Si yo soy candidato, Evo presidente».
Contexto: La fractura en la izquierda
El jueves, el presidente Arce convocó a una reunión de todos los partidos de izquierda para formar un bloque unido ante las elecciones, iniciativa que Morales desestimó. Criticó además a Grover García, actual presidente del MAS, llamándolo «ilegítimo y delincuente».
La UCS no se ha pronunciado sobre las exigencias de Morales. Analistas señalan que el escenario refleja la fragmentación política en Bolivia, donde las alianzas son clave, pero enfrentan desconfianzas históricas.
Impacto en el escenario electoral
Las condiciones del líder cocalero reflejan su intención de mantener un rol protagónico en las elecciones y de distanciarse de sectores que considera opuestos a su ideología. Su postura podría influir en las negociaciones entre partidos de izquierda y en la configuración de alianzas de cara al 17 de agosto.
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