

Ya la gran mayoría de los países de la región han publicado sus datos de inflación; sin embargo, todavía se evidencian problemas para obtener cifras oficiales de países como Cuba, Haití y Venezuela, sumergidos en serios conflictos políticos y económicos, donde la transparencia de la información estadística gubernamental es casi nula.
A pesar de ello, y con base en datos recopilados de bancos centrales e institutos de estadística nacionales de los países de Latinoamérica, se logró elaborar un breve ranking de los países más y menos inflacionarios en el mes de junio de 2025.
Países más inflacionarios:
1.º lugar: Bolivia (5,21%)
2.º lugar: Venezuela (4,03%)
3.º lugar: Argentina (1,60%)
Países menos inflacionarios:
1.º lugar: Paraguay (0,00%)
2.º lugar: Costa Rica (0,04%)
3.º lugar: Perú (0,08%)
Países con deflación:
Chile reflejó un -0,40%; Nicaragua y Panamá presentaron un IPC de -0,12%, y Uruguay registró -0,09%.
Evidentemente, en un escenario mundial marcado por la incertidumbre debido a los conflictos bélicos vigentes y las advertencias de elevación de aranceles hacia Europa y Brasil —el gigante de la región— por parte del gobierno de Trump, se generan presiones inflacionarias en todos los mercados. En Latinoamérica, el promedio de inflación mensual en junio fue del 0,67%, con la mayoría de las economías registrando niveles bajos de inflación, menores al 1%, e incluso algunas cifras negativas. Argentina continúa mostrando una tendencia a la moderación inflacionaria; todo lo contrario ocurre con Bolivia, que ha entrado en una espiral inflacionaria ya aguda.
Bolivia cerró el primer semestre de 2025 como la economía más inflacionaria de la región, considerando los datos mensuales hasta junio. Asimismo, en cuanto a la inflación interanual (12 meses), el país ocupa el segundo lugar con un 23,96%, solo por detrás de Argentina, que registra un 39,4%.
Con estos datos, Bolivia ha roto récords históricos en estos primeros seis meses del año, alcanzando niveles de inflación que no se veían desde hace décadas, similares a los observados en los años 80. El poder adquisitivo del boliviano se ha contraído severamente, dando lugar a una devaluación inflacionaria de aproximadamente un 80% en los últimos 12 meses. Con respecto al dólar paralelo, la devaluación alcanza casi un 120% actualmente, a pesar de que la divisa estadounidense ha mostrado una leve tendencia a la baja en las últimas semanas.
Ya se ha superado en más del doble la meta gubernamental para este 2025, que era del 7,5%, y esto en solo medio año. Si la coyuntura económica y política no mejora, y si llegara a ganar un gobierno de izquierda, podríamos cerrar el año con una inflación de al menos el 30%. Lo cierto es que, mientras persista la crisis por falta de dólares y carburantes, la especulación, el contrabando a la inversa, la excesiva emisión monetaria, entre otros factores, la inflación seguirá subiendo como espuma, barriendo con la capacidad de compra de los ingresos de los bolivianos y empujando a más personas a la pobreza y al desempleo, dado el bajísimo crecimiento económico que tuvimos y, lamentablemente, seguiremos teniendo.
Luis Fernando Romero Torrejón es presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija.
La opinión expresada en este artículo es de exclusiva responsabilidad del autor y no representa una posición oficial de Enfoque News.
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