

Debra Hevia, encargada de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Bolivia, justificó el arancel del 10% impuesto a las importaciones bolivianas, conforme a la Orden Ejecutiva del presidente Donald Trump que aplica a diversos países. Sin embargo, ofreció una luz de esperanza al señalar que su gobierno está abierto al diálogo para minimizar el impacto de esta medida en Bolivia. “El diálogo es fundamental en las relaciones entre países para explicar prioridades y resolver diferencias”, afirmó Hevia (EL DEBER, 15.04.2025).
Esta apertura representa una oportunidad que Bolivia no debería desaprovechar, especialmente tras haber dejado pasar múltiples ocasiones para fortalecer su relación con la primera potencia mundial. El país debe buscar una mayor cercanía con naciones democráticas como Estados Unidos, el mayor comprador de productos a nivel global. Para el ciudadano común, el jefe de familia, lo prioritario no es la ideología ni la retórica política, sino un empleo digno y sostenible que mejore la calidad de vida de su hogar. Las exportaciones, especialmente cuando la mano de obra es el principal valor agregado, son clave para lograrlo.
Lamentablemente, decisiones pasadas basadas en posturas ideológicas han limitado el potencial exportador de Bolivia. A inicios de siglo, el país rechazó la iniciativa del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y descartó negociar tratados de libre comercio (TLC) con Estados Unidos y la Unión Europea, a diferencia de países como México, Chile, Colombia, Perú, Ecuador y varias naciones centroamericanas. Estas decisiones privaron a Bolivia de exportar miles de millones de dólares, atraer inversión extranjera y generar empleos.
Además, por incumplimientos, Bolivia perdió los beneficios de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y de Erradicación de la Droga (ATPDEA), lo que provocó el colapso de la industria textil y la pérdida de miles de empleos para obreros, artesanas y prestadores de servicios. Ni la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) ni el Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP), promovidos como alternativas al libre comercio, cumplieron sus promesas. Las proclamas de Hugo Chávez, quien aseguraba que Venezuela compraría todo lo que Estados Unidos y Europa dejaran de importar, resultaron ser un espejismo. El “Socialismo del Siglo XXI” no trajo los resultados esperados.
Estas decisiones han debilitado el comercio exterior boliviano, especialmente con Estados Unidos. Las exportaciones e importaciones bilaterales, que alguna vez alcanzaron niveles significativos, han caído a cifras preocupantes. La ausencia de embajadores entre ambos países desde 2008 refleja el deterioro de las relaciones diplomáticas, un factor que influye directamente en los negocios internacionales.
¿Dónde están ahora los detractores del libre comercio con las grandes potencias? Las ONG y activistas que presionaron a los gobiernos de Evo Morales y Luis Arce para rechazar una mayor integración comercial con el mundo parecen haber desaparecido. Sus posturas idealistas, que promovían un desarrollo al margen de las realidades globales, contribuyeron a la crisis del sector externo boliviano, marcada por déficits comerciales recurrentes durante la última década. Como diría Juan Lechín Oquendo, estos críticos forman parte de una “burocracia insensible y satisfecha” que, en su soberbia intelectual, ofrece problemas para cada solución. Criticaron, conspiraron y soñaron con paraísos utópicos, pero sus ideas llevaron al país al estancamiento mientras ellos siguen disfrutando de sus privilegios.
La apertura de Estados Unidos al diálogo es una oportunidad para que Bolivia actúe con pragmatismo. Es hora de dejar atrás las posturas ideológicas que tanto daño han causado y priorizar la racionalidad en beneficio del desarrollo económico y el bienestar de la población. Ojalá que esta vez el país no deje pasar la ocasión de fortalecer sus lazos comerciales con el mundo.
Gary Antonio Rodríguez Álvarez es Economista y Magíster en Comercio Internacional.
La opinión expresada en este artículo es de exclusiva responsabilidad del autor y no representa una posición oficial de Enfoque News.
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