

Una Comisión Internacional Investigadora de la ONU acusó este lunes a Rusia de cometer el crimen de lesa humanidad por el traslado forzoso de población ucraniana en territorios ocupados o en expansión. La denuncia se basa en el terror infundido a través de ataques sistemáticos, obligando a miles a huir. El presidente de la Comisión, Erik Mose, presentó estos hallazgos ante el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.
Detalles de la acusación
La Comisión determinó que los ataques rusos revelan esfuerzos coordinados para capturar más territorio y consolidar el control en zonas ocupadas de Ucrania. Mose enfatizó que el terror ha forzado el desplazamiento de habitantes. La evidencia incluye ataques en una línea de frente de más de 300 kilómetros en la orilla derecha del río Dniéper, bajo control ucraniano.
En las provincias de Jersón, Dnipropetrovsk y Mykolaiv, las fuerzas rusas atacan a civiles en movimiento o en transporte, así como bienes civiles como viviendas e infraestructura vital. Desde posiciones en la orilla izquierda, utilizan drones para observación en tiempo real, seguimiento de víctimas y lanzamiento de explosivos.
Uso de drones y crímenes de guerra
Canales de Telegram administrados por unidades rusas o personas cercanas han difundido cientos de videos de civiles asesinados o heridos, lo que constituye el crimen de guerra de ultrajes contra la dignidad, según la Comisión. Mose agregó que los drones también se dirigen contra socorristas, ambulancias y camiones de bomberos con marcas distintivas, impidiendo su intervención.
Los ataques con armas explosivas en zonas pobladas son la principal causa de víctimas civiles, con un aumento de al menos 40% este año respecto a 2024.
Ataques recientes en Ucrania
La Fuerza Aérea de Ucrania reportó el derribo de 132 drones rusos en un ataque nocturno del domingo al lunes, con nueve impactos en siete localizaciones. Rusia lanzó 141 drones, incluyendo modelos Shahed de tecnología iraní y Gerbera.
En Zaporiyia, un ataque aéreo mató a tres personas con bombas guiadas, según el responsable regional Ivan Fedorov. Los objetivos incluyeron un aparcamiento, zonas cerca de centros comerciales, infraestructuras críticas y edificios residenciales, sin relación militar. Fedorov lo describió como un «ataque terrorista deliberado contra una ciudad pacífica».
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