

A agosto de 2025, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación en Bolivia muestra una desaceleración; sin embargo, los indicadores acumulados (18,09%) e interanuales (24,15%) siguen siendo elevados. Se estima que este año cerraremos con una inflación entre el 22% y el 25%.
Además de la escasez de dólares (y su elevado precio), la falta de carburantes y el contrabando inverso, entre otros factores, la excesiva emisión monetaria es una de las principales causas de la inflación que afecta a Bolivia desde 2024.
¿Cómo han sido la emisión monetaria y el crecimiento económico en los últimos tres gobiernos?
Con base en datos oficiales del Banco Central de Bolivia (BCB), hemos analizado la emisión monetaria desde 2006 hasta 2024, período que abarca tres gobiernos.
En 2006, cuando Evo Morales asumió la presidencia, la emisión monetaria alcanzó los Bs. 8.774 millones, un 42% más que el año anterior. En 2007, esta cifra se incrementó en un 61%, el mayor aumento registrado durante las tres gestiones de Morales. Aunque a partir de 2014 se mantuvo una significativa emisión monetaria, el rendimiento económico comenzó a declinar debido a la caída del sector hidrocarburífero. Entre 2006 y 2019, la emisión monetaria creció un 461%, alcanzando un total de Bs. 453.550 millones.
Jeanine Áñez gobernó desde noviembre de 2019 hasta noviembre de 2020. En 2020, en plena pandemia, la economía se contrajo un 8,74%, mientras que la emisión monetaria creció un 9,03% respecto al 0,46% de 2019. Ese año, la emisión alcanzó los Bs. 53.616 millones, el nivel más alto en 15 años, impulsada por la necesidad de financiar la emergencia sanitaria, aumentar transferencias gubernamentales (bonos, subsidios y otros gastos) y cubrir el gasto público con moneda local.
Durante los dos primeros años de Luis Arce como presidente, la emisión monetaria fue moderada, con un promedio anual del 2,83%. Sin embargo, el crecimiento económico pasó de un 6,11% en 2021 a un 3,61% en 2022, acumulando una emisión de Bs. 113.000 millones. En 2023, la emisión monetaria creció un 18%, y en 2024, un 20%, a pesar de que la economía apenas creció un 0,73%. Entre 2021 y 2024, la emisión monetaria aumentó un 43%, con un promedio anual de Bs. 65.000 millones.
Se observa una clara correlación entre el aumento de la emisión monetaria y el incremento de la inflación. Por ejemplo, en 2007, durante el gobierno de Morales, la emisión creció un 61% y la inflación alcanzó el 11,73%. En 2024, bajo el mandato de Arce, la emisión monetaria creció un 20%, con una inflación cercana al 10%, la más alta desde 2009.
¿Por qué la excesiva emisión monetaria genera inflación?
- Mayor dinero en circulación en una economía desacelerada: En términos simples, se ha inyectado una gran cantidad de dinero en una economía que produce y crece cada vez menos (en 2024, apenas un 0,73%). Esto aumenta la demanda agregada, pero la oferta agregada es limitada. Además, importar bienes, ya sea de manera legal o ilegal, se ha encarecido, lo que ejerce una mayor presión inflacionaria.
- Pérdida de confianza en el boliviano: El temor a una devaluación o hiperinflación es evidente, agravado por la incertidumbre política. La falta de confianza en que el próximo gobierno pueda resolver rápidamente la crisis económica ha disparado la demanda de dólares, elevando su precio. Las expectativas inflacionarias persistirán a corto plazo, requiriendo más dinero para comprar lo mismo o menos que hace un año.
- Emisión monetaria para financiar el gasto estatal: Hay indicios claros de que la emisión monetaria excesiva ha servido, en parte, para cubrir el déficit fiscal. Esto coincide con el aumento de la deuda interna, financiada mayormente en moneda local. Esta acción inyecta grandes cantidades de dinero en la economía, contribuyendo a la inflación estructural.
¿Qué debería hacer el nuevo gobierno para controlar la inflación?
- Controlar la emisión monetaria con una política restrictiva: Es crucial limitar estrictamente la emisión monetaria, especialmente en una economía al borde de la recesión. Captar dinero del público mediante la emisión de bonos u otros activos financieros atractivos sería una medida pertinente. Según la teoría económica, elevar el encaje legal en moneda local ayudaría a reducir el exceso de dinero en circulación.
- Disciplina y reajuste fiscal: Se debe evitar financiar el déficit público con mayor emisión monetaria del BCB, para lo cual este organismo debe tener plena autonomía e independencia del Ejecutivo. Paralelamente, es esencial reducir el gasto público de manera estructural y sostenible para disminuir el déficit fiscal, que actualmente representa el 10% del PIB, y reducir la necesidad de moneda local para cubrir desbalances fiscales.
- Recuperar la confianza en la moneda nacional: El nuevo gobierno debe generar credibilidad y certidumbre. Estabilizar la economía resolviendo problemas como la escasez de carburantes, la falta de dólares y la inflación ayudará a reducir la demanda de divisas y, por ende, la devaluación del boliviano. Mejorar las expectativas de los agentes económicos requiere restablecer la publicación periódica de información del BCB. Implementar políticas económicas pragmáticas y sensatas enviará señales positivas al público.
Conclusión
A julio de 2025, la emisión monetaria acumulada alcanzó los Bs. 94.993 millones, un 35% más que en julio de 2024. De hecho, en julio de 2025, la emisión ya superó en un 18% el total de 2024. Estos datos sugieren que la emisión monetaria en 2025 será mayor, tanto en valor como en crecimiento, lo que intensificará la presión inflacionaria y sus efectos negativos.
La necesidad de liquidez en el sector público es alta, ya que gran parte de los compromisos y obligaciones estatales se realizan en moneda nacional. Por ello, el nuevo gobierno debe controlar estrictamente variables como la emisión monetaria, el déficit fiscal, la deuda interna y la inflación, que están interrelacionadas. No hacerlo podría afectar no solo al sector público, sino también al sistema financiero, especialmente a la banca privada. Una moneda devaluada y con poca confianza limitará la intermediación financiera y la cartera de créditos, lo que resultará en menos inversión, empleo y crecimiento económico en Bolivia.
Luis Fernando Romero Torrejón es presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija.
La opinión expresada en este artículo es de exclusiva responsabilidad del autor y no representa una posición oficial de Enfoque News.
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