

La Corporación Minera de Bolivia (Comibol) y la Gobernación de Potosí utilizaron un dron de última generación para demarcar el área de seguridad sobre la cota 4.400 del Cerro Rico, prohibiendo la extracción de minerales en esta zona crítica. El objetivo es acelerar el traslado de relleno seco y estabilizar el macizo rocoso, afectado por hundimientos geológicos. Los resultados del estudio topográfico se esperan en 20 días.
Relevamiento con tecnología avanzada
El operativo, realizado durante tres horas, abarcó 2.000 kilómetros del Cerro Rico y contó con apoyo técnico del Servicio Departamental de Caminos (Sedeca) y la Secretaría de Minería. El dron sobrevoló a 100 metros de altura, mientras una estación de referencia midió áreas estratégicas, incluyendo un radio de 200 metros desde la cota 4.400 hasta la cúspide.
Gregorio Socaño, ingeniero responsable del proyecto, explicó que los datos recabados permitirán cuantificar el volumen de relleno seco necesario para mitigar los hundimientos. Paralelamente, Comibol realiza estudios con escáner láser y estaciones totales para monitorear los hundimientos activos.
Cerro Chico también bajo análisis
El estudio incluyó al Cerro Chico, adyacente al Cerro Rico, donde se ubican antenas de comunicación. Socaño destacó la necesidad de evaluar su estabilidad geológica para prevenir riesgos.
Avances en mitigación con relleno seco
Cooperativas mineras trasladan entre 50 y 80 volquetas diarias de relleno seco a la cúspide del Cerro Rico, con una inversión superior a los Bs 21 millones. Hasta ahora, se han depositado casi 500.000 toneladas de desechos minerales para estabilizar 55 de los 145 hundimientos detectados.
Óscar Chavarría, presidente de Fedecomin, aclaró que los deslizamientos actuales son de «roca suelta» y no nuevos hundimientos. Sin embargo, reconoció que aún operan mineros en la cota 4.400, aunque se trabaja en su reubicación gradual.
Cese definitivo de operaciones en zona crítica
Comibol impulsa desde 2022 la preservación morfológica del Cerro Rico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987. Reynaldo Pardo, presidente ejecutivo de Comibol, reiteró el compromiso de proteger el macizo, vital para la economía boliviana por su producción de plata, estaño, plomo y zinc.
Chavarría admitió que la migración de mineros es compleja debido a factores económicos y sociales, pero aseguró que avanzan en persuadir a los operadores para abandonar la zona prohibida.
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