El 6 de octubre de 1998, hace 23 años, los esposos Rosario Rocha y Félix Franulic Nava, fundaban en la ciudad de Cochabamba el colegio Boliviano-Croata, ubicado en la calle 25 de mayo, entre Ladislao Cabrera y Uruguay, con la consigna de brindar un servicio de calidad a los vecinos del lugar y, especialmente, a los hijos de los comerciantes asentados en los mercados Calatayud y La Pampa.
“Se pensó en un colegio privado que brinde a los comerciantes una educación de excelencia, el lugar está a lado de estos centros de abasto. Las mamás venden, están ahí en su puesto de trabajo, el año 1998 iniciamos con mi esposo este emprendimiento”, indicó a Enfoque News la directora y fundadora del colegio, Rosario Rocha.
Nuestra entrevistada, afirmó que el nombre de Boliviano-Croata se debe a una combinación de nacionalidades, el de ella, como boliviana, y el de su esposo, que era descendiente de croatas.
En los primeros años de existencia del colegio y por la descendencia de su esposo, recibían el apoyo económico del consulado de Croacia, y una vez que él falleció esa ayuda se cortó; además, esa representación diplomática se trasladó a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
Durante dos años, se incluyó en el plantel docente a una maestra de nacionalidad croata, que enseñaba el idioma serbocroata; sin embargo, tuvo que retornar a su país y desde entonces se hizo hincapié en la enseñanza del inglés, que es el más hablado en Europa y en otras partes del mundo.
Actualmente Rosario se desempeña como maestra de literatura del nivel secundario, trabajó durante muchos años en unidades educativas fiscales y privadas, como el Santa María Micaela y el España). Se jubiló del sistema fiscal hace 10 años; pero no dejó su vocación por la educación.
La administración del Colegio Boliviano-Croata contrató a 28 profesores para trabajar en los 14 cursos distribuidos en los niveles de prekínder, kínder, básico, intermedio y medio, como hasta hace unos años eran denominados. En la actualidad, el plantel docente trabaja con los ciclos inicial, primaria y secundaria.
Para que la educación sea de calidad y personalizado, se abrió un solo paralelo por grado, que tienen entre 15 y 20 alumnos, a lo mucho se cuenta por curso con 25 estudiantes como máximo, explica nuestra entrevistada.
Los primeros dos años -cuenta- fueron cruciales para posicionar al establecimiento educativo, hubieron subidas y bajadas, fueron los “más difíciles”. En un principio solo se inscribieron entre 70 y 80 alumnos en todos los niveles del establecimiento.
“En un momento determinado hubo más de mil alumnos inscrito, pero debido a la pandemia este número bajó, hoy estamos con 240 estudiantes que están distribuidos en los niveles inicial, primaria y secundaria”, indica la directora.
Según la entrevistada, el fuerte del colegio es la música, cuya cualidad les ha permitido ganar galardones en diferentes concursos, puesto que los alumnos interpretan con mucha habilidad y destreza los instrumentos de viento, trombones, bajos, clarinetes, saxos y otros.
También ganaron algunos reconocimientos y premios en el campo deportivo. Uno de los que se destacó en el deporte y es muy recordado por la directora Rosario Rocha es Cristian Vargas, quien jugó en los clubes The Strongest, Wilstermann y San José.
Muchos de los bachilleres que se graduaron del colegio, menciona, son destacados profesionales en el campo militar, en la medicina y otras profesiones.
Objetivos del colegio
Uno de los objetivos del colegio es contar con una infraestructura propia, ya que en estos 23 años la administración ha estado renovando contrato con los dueños de los predios cada 10 años
“La meta más grande, primordial y necesaria es contar con un local propio donde podamos redistribuir y reorganizar el trabajo”, remarca Rocha, quien dice haber recibido el apoyo de la directiva de los padres de familia para consolidar ese objetivo.