
La Sala Plena del Tribunal Supremo Electoral (TSE) posesionó este lunes a Gustavo Ávila como presidente y a Ximena Camacho como vicepresidenta, tras su reciente elección por el órgano electoral. La nueva directiva asumirá la organización de los próximos procesos electorales, incluyendo las elecciones subnacionales de marzo de 2026.
La designación se produjo después de que la Asamblea Legislativa posesionara, el sábado pasado, a los vocales titulares y suplentes del TSE, consolidando así la nueva Sala Plena que conducirá la institución durante esta gestión.
Nueva directiva y trayectoria
Gustavo Ávila, abogado y natural de Tarija, ejerció como vocal del Tribunal Departamental Electoral de su región en 2021 y fue designado vocal del TSE en 2024 por el entonces presidente Luis Arce. Su experiencia en procesos electorales respalda su liderazgo en un momento clave de preparación institucional.
Por su parte, Ximena Camacho Goyzueta, abogada de Cochabamba y residente en Chuquisaca, se desempeñó como vicepresidenta del Tribunal Electoral Departamental de Chuquisaca antes de asumir la vicepresidencia del TSE.
Compromisos de gestión
Tras la posesión, Ávila anunció que la principal tarea de su gestión será la creación de un nuevo padrón electoral, con el objetivo de garantizar transparencia, seguridad y confianza ciudadana en los comicios. “Este proceso será técnico, inclusivo y transparente y tendrá como único objetivo garantizar el derecho al voto de todos los bolivianos”, afirmó.
Ávila aseguró además un manejo independiente del TSE y un compromiso firme con la imparcialidad, sin responder a intereses políticos o particulares, garantizando información oportuna a la ciudadanía y organizaciones políticas. La prioridad inmediata será consolidar las elecciones subnacionales y garantizar el éxito del Sistema de Resultados Preliminares Electorales (Sirepre).
Declaraciones de la vicepresidenta
Ximena Camacho destacó la intención de administrar elecciones “técnicamente sólidas y políticamente imparciales”, además de coordinar con los departamentos donde aún no se han designado vocales departamentales, asegurando la correcta realización de los comicios.
Con la nueva directiva, el Tribunal Supremo Electoral inicia una etapa de reorganización institucional que busca fortalecer la confianza ciudadana y garantizar la integridad de los procesos electorales en Bolivia.



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