
La Fundación Milenio presentó este viernes su informe sobre la economía de Bolivia 2025, en el cual diagnostica una profunda crisis económica y plantea la urgente necesidad de un programa de estabilización integral para frenar el deterioro y restablecer los equilibrios macroeconómicos del país.
El director de la fundación, Henry Oporto, enfatizó que la recuperación depende de medidas drásticas para reducir el déficit fiscal, normalizar el suministro de carburantes, cerrar la brecha cambiaria y estabilizar el mercado de divisas. «Estas condiciones son indispensables para detener la inflación y recuperar la credibilidad macroeconómica», señaló.
Un diagnóstico crítico de la economía nacional
El informe sostiene que la economía boliviana ha entrado en una fase recesiva. En el primer semestre de 2025, el producto interno bruto (PIB) se contrajo en un 2.4%, con sectores clave como hidrocarburos, minería, comercio y transporte en fuerte retroceso.
La población enfrenta alzas en el costo de vida, volatilidad cambiaria, falta de dólares y una creciente precarización laboral. El estudio advierte que la crisis se ha profundizado, ahondando los desajustes macroeconómicos.
Déficit fiscal y externo en niveles alarmantes
Uno de los puntos críticos es el desbalance en las cuentas públicas y externas. El déficit fiscal podría cerrar el 2025 en torno al 10% del PIB, financiado principalmente con emisión monetaria del Banco Central de Bolivia (BCB) y con fondos del sistema de pensiones.
En el sector externo, se reporta un déficit en cuenta corriente de $us 814 millones y una balanza comercial negativa de $us 203 millones. La falta de financiamiento ha obligado al uso de reservas de oro y a la acumulación de $us 694 millones en cuentas por pagar en solo seis meses.
Inflación acelerada y presión sobre el sistema financiero
La inflación hasta septiembre alcanzó el 18.3% y se proyecta que podría cerrar el año en 25%. En alimentos, la tasa superaría el 40%. Paralelamente, los depósitos bancarios caen y la liquidez se estrecha, lo que afecta la capacidad del sistema financiero para otorgar créditos y sostener la actividad económica.
Crisis energética y reformas estructurales
El gasto en la importación de diésel y gasolina podría llegar a $us 2.890 millones, con subsidios que superarían los $us 2.000 millones. El documento alerta sobre un déficit estructural de GLP que anticipa posibles escaseces para 2026.
Frente a este escenario, la Fundación Milenio insiste en que Bolivia requiere reformas profundas para atraer inversiones, impulsar exportaciones y modernizar el estado. Esto implica redefinir el rol estatal, mejorar servicios esenciales y crear un clima favorable para la inversión privada.
Recursos externos como una posible solución
Tomando en cuenta normas internacionales, Milenio estima que el país podría acceder a alrededor de $us 4.000 millones de asistencia en un periodo de tres años, especialmente mediante un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«Bolivia solo podrá recuperar la estabilidad y la senda del crecimiento si corrige sus desequilibrios económicos y reconstruye la confianza interna y externa», concluyó Oporto.



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