
El presidente Donald Trump evocó este jueves la posibilidad de aplicar la pena de muerte a seis legisladores demócratas, tras acusarlos de «comportamiento sedicioso de traidores» por instar a los militares a desobedecer órdenes ilegales del gobierno. La declaración, realizada a través de su red social Truth Social, marca una nueva escalada en la retórica del mandatario contra la oposición.
Los comentarios surgieron después de que Trump republicara un artículo sobre un video difundido el martes por los seis congresistas, todos veteranos de las fuerzas armadas o exmiembros de inteligencia. En el mensaje, los legisladores recordaban al personal militar su deber de rechazar órdenes que consideren ilegales.
Acusaciones y reacción inmediata
En su publicación inicial, Trump escribió: “Esto es realmente malo y peligroso para nuestro país. Sus palabras no pueden permitirse. ¡¡¡COMPORTAMIENTO SEDICIOSO DE TRAIDORES!!! ¿ENCERRARLOS???”. Horas después, añadió en otro mensaje: “¡COMPORTAMIENTO SEDICIOSO, condenable con la MUERTE!”.
Aunque el mandatario no especificó qué acciones legales concretas tomaría, sus declaraciones representan una amenacia sin precedentes contra legisladores en funciones. Los congresistas aludidos son las senadoras Elissa Slotkin y Mark Kelly, y los representantes Jason Crow, Maggie Goodlander, Chris Deluzio y Chrissy Houlahan.
Contexto legal de la pena de muerte bajo el gobierno de Trump
La posibilidad de aplicar la pena capital no es retórica nueva en la administración Trump. El presidente restableció la pena de muerte federal mediante una orden ejecutiva el primer día de su actual mandato en enero, revirtiendo la moratoria impuesta bajo el gobierno de Joe Biden.
Dicha orden instruye al fiscal general a «perseguir la pena de muerte para todos los crímenes de una severidad que demande su uso». Bajo su primer mandato, Trump supervisó 13 ejecuciones federales entre 2020 y 2021, la última de ellas cinco días antes de dejar el cargo.
¿Sedición o traición?: El marco legal
La Constitución de EE.UU. define la traición como «hacer la guerra» contra el país o «ayudar» a sus enemigos, un delito que puede castigarse con la muerte. Sin embargo, el delito de sedición o conspiración sediciosa, tipificado en el código federal, conlleva una pena máxima de 20 años de prisión, no la ejecución.
Históricamente, las condenas por traición han sido extremadamente raras. Desde 1789, solo 16 sentencias de muerte por traición se han ejecutado, la última en 1862. La última condena federal completa por traición data de 1949.
La retórica de Trump intensifica la confrontación política en un año electoral, planteando cuestiones sin precedentes sobre los límites del poder ejecutivo y la invocación de penas capitales contra opositores políticos.



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