
La economía boliviana será una de las de menor crecimiento en América Latina en 2025, según la más reciente actualización de proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). El organismo estima que el Producto Interno Bruto (PIB) del país se expandirá apenas un 1%, ubicando a Bolivia entre las últimas posiciones del continente y reflejando un panorama económico preocupante.
De acuerdo con el informe difundido este jueves, Latinoamérica crecerá en promedio un 2,4% en 2025, impulsada por un entorno internacional “menos adverso”. Sin embargo, Bolivia no logra seguir esa tendencia y se mantiene rezagada, afectada por la escasez de divisas, los problemas de abastecimiento de combustibles e insumos, y un entorno político y social inestable. A ello se suma la caída en los precios de los minerales de exportación, un factor clave en la pérdida de ingresos externos del país.
La Cepal destaca que la combinación de estos elementos limita la capacidad productiva y restringe la recuperación económica en el corto plazo. De hecho, el organismo había proyectado en agosto un crecimiento del 1,5%, pero ahora ajustó la cifra a la baja. Con este nuevo cálculo, Bolivia solo supera a México (0,6%), Cuba (-1,5%) y Haití (-2,3%), mientras que Venezuela (6%), Paraguay (4,5%) y Argentina (4,3%) liderarán la expansión regional.
A nivel estructural, la Cepal advierte que América Latina continúa atrapada en una “trampa de baja capacidad para crecer”, caracterizada por baja productividad, escasa inversión y alta desigualdad. Si se cumplen las proyecciones, el crecimiento promedio regional entre 2017 y 2026 será de solo 1,6%.
Para 2026, la previsión no mejora para Bolivia: el país volvería a registrar el peor desempeño de Sudamérica, con apenas 0,5% de crecimiento, lo que refleja un deterioro progresivo de su estructura productiva y de su capacidad de respuesta ante factores externos.
La Cepal insta a los países de la región a impulsar políticas de diversificación económica, inversión sostenible y fortalecimiento institucional. En el caso boliviano, sin embargo, el informe advierte que la falta de medidas estructurales y la persistencia de tensiones internas podrían derivar en un estancamiento económico prolongado si no se implementan reformas profundas y sostenidas.


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