

En un hecho histórico, la conservadora Sanae Takaichi se convirtió este martes en la primera mujer en ser nombrada primera ministra de Japón. La victoria en el Parlamento pone al frente del gobierno a una figura del ala dura del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) y marca un punto de inflexión en la política de la tercera economía mundial.
El anuncio oficial lo realizó el portavoz de la Cámara Baja de la Dieta (Parlamento), Fukushiro Nukaga, tras el recuento de votos que dio a Takaichi 237 de los 465 sufragios, superando holgadamente la mayoría requerida. Su elección fue ratificada posteriormente por la Cámara Alta, donde también se impuso a su principal rival, Yoshihiko Noda, del Partido Democrático Constitucional.
Claves de la victoria y un nuevo gobierno
El camino de Takaichi hacia el liderazgo estuvo pavimentado por una alianza estratégica. Su nombramiento estaba prácticamente asegurado después de que el PLD firmara un acuerdo de coalición con el opositor Partido de la Innovación de Japón (Ishin). Este movimiento le garantizó los apoyos necesarios en un Parlamento fragmentado, donde la oposición no logró presentar un candidato único.
Horas después de su elección, Takaichi, de 64 años, formó su nuevo Gabinete, compuesto por 19 miembros. No obstante, uno de los aspectos que ha generado más análisis es la composición de su equipo: solo incluye a dos mujeres. Esto contrasta con su promesa previa de alcanzar una proporción «comparable a la de los países nórdicos».
A pesar de ello, el nombramiento supone un simbólico avance: por primera vez, una mujer, Satsuki Katayama, estará al frente del ministerio de Finanzas, una cartera crucial para enfrentar la persistente inflación y la fuerte depreciación del yen. La otra ministra, Kimi Onoda, dirigirá la cartera de Seguridad Económica.
Desafíos inmediatos y contexto político
El secretario general del PLD, Shunichi Suzuki, destacó tras la victoria que la nueva administración tomará «medidas económicas para responder a la esperanza del pueblo de abordar la subida de precios». También admitió la existencia de «cuentas pendientes» tanto en política interna como exterior que el nuevo Gabinete debe abordar con urgencia.
Takaichi asume el cargo tras la dimisión de Shigeru Ishiba, quien presentó su renuncia en septiembre luego de que la coalición gubernamental perdiera la mayoría en ambas cámaras del Parlamento tras poco más de un año en el poder. Takaichi se impuso en las primarias del PLD el pasado 4 de octubre, consolidándose como la candidata del ala más conservadora del partido.
Su llegada al poder no solo rompe una barrera de género histórica, sino que también consolida un realineamiento político en Japón, con una nueva coalición y la promesa de estabilidad para abordar los complejos desafíos económicos y de seguridad que enfrenta el país.
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