

La Confederación Agropecuaria del Oriente (CAO) advirtió sobre un posible déficit de alimentos en el país, causado por la crítica escasez de combustible y divisas que afecta a toda la cadena de producción agropecuaria. El gerente de la entidad, Edilberto Osinaga, señaló que los altos costos ya han forzado a los productores a reducir sus siembras.
La alerta fue emitida por la CAO, que representa a los productores del oriente boliviano. Según la institución, la combinación de la falta de diésel y la insuficiencia de dólares para importar insumos esenciales está generando una tormenta perfecta que impacta directamente en la capacidad de producir alimentos para el mercado interno.
Reducción drástica del diésel para el agro
Uno de los puntos críticos señalados es la reducción en el suministro de combustible. El Gobierno recortó el volumen inicial de 50 millones de litros de diésel comprometido para el sector agropecuario a solo 35 millones de litros, según confirmó el viceministro de Desarrollo Agropecuario, Álvaro Mollinedo. Este recorte limita severamente las operaciones de maquinaria agrícola en un momento clave de la campaña.
Caída en la producción y aumento de costos
Edilberto Osinaga, gerente general de la CAO, detalló que los aumentos en los costos de producción han llevado a los agricultores a reducir la superficie cultivada. “La gente ha hecho una campaña, no le ha ido bien, porque recordemos que los productores nunca pueden definir el precio de venta”, explicó Osinaga.
La situación es tan grave que en algunos rubros de consumo masivo, como el tomate, se registra “una reducción de hasta el 50% en el área cultivada”. Cuando los productores ven que están perdiendo, dejan de sembrar esos productos y migran a otros rubros, lo que desequilibra el mercado y eleva los precios al disminuir la oferta.
Una crisis anunciada
Osinaga sostuvo que esta situación crítica fue advertida desde hace al menos dos años. En ese entonces, ya se preveía que la subida de precios sería “desproporcionada” y que los costos se elevarían a un punto donde el poder adquisitivo de las familias “no iba a dar para pagar los precios”.
Esa advertencia se materializa hoy. “No es una casualidad que la gente se esté quejando por el encarecimiento de los productos”, afirmó el gerente de la CAO, agregando que ni siquiera “lo poco que se sembró, se está logrando traer a cabalidad a los mercados”.
La CAO manifestó su preocupación ante la falta de soluciones concretas y concluyó con una advertencia: la magnitud final de la crisis es incierta, ya que “hasta el momento no ha habido soluciones” para frenar este fenómeno que amenaza la seguridad alimentaria del país.
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