

El ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo, confirmó que desde el martes YPFB despacha gasolina al 100% de la demanda. Sin embargo, advirtió que las existencias del combustible son limitadas y solo cubren tres días, mientras que la situación del diésel es más crítica.
La medida busca normalizar la distribución de gasolina en el país después de un periodo de desabastecimiento. Gallardo atribuyó la situación general a la falta de dólares, responsabilizando a la Asamblea Legislativa Plurinacional por no aprobar las divisas necesarias para las importaciones.
Stock de gasolina se normaliza de forma temporal
Durante un contacto con medios de comunicación, el ministro Gallardo explicó la situación actual de los combustibles. «Ya contamos con un stock (de gasolina) que es de tres días, tampoco es muy grande, pero ya podemos ir normalizando la distribución», manifestó la autoridad.
Este restablecimiento del suministro al 100% es posible gracias a las gestiones del Ejecutivo para obtener divisas a través del Banco Unión y del Banco Central de Bolivia. Según Gallardo, YPFB trabaja «al límite» en cuanto a abastecimiento.
Situación del diésel sigue siendo crítica
Mientras la gasolina muestra una leve mejoría, el diésel enfrenta una situación más compleja. El stock de este combustible es menor a un día, lo que mantiene en alerta al sector productivo y de transporte que depende de él.
Gallardo indicó que una solución para el desabastecimiento de diésel podría llegar en los próximos días. «Tenemos dos buques que tienen planificada la llegada para el 20 y 23 de octubre, esperemos que las ventanas estén operativas para ir normalizando la entrega de diésel», afirmó.
Falta de dólares, el problema de fondo
El ministro Gallardo fue enfático en señalar que la raíz del problema de abastecimiento de combustibles es la falta de divisas. Responsabilizó directamente a la Asamblea Legislativa Plurinacional por no haber aprobado los dólares necesarios para las importaciones.
Mientras tanto, YPFB depende de las divisas que recibe a través del Banco Unión y del Banco Central de Bolivia para adquirir combustibles y distribuirlos a los surtidores a lo largo del territorio nacional.
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