

La Cámara Automotor Boliviana (CAB) advirtió este viernes que la gasolina de calidad «increíblemente mala» que se distribuye en el país está provocando graves daños en los inyectores y filtros de los vehículos. El gerente de la CAB, Luis Orlando Encinas, señaló directamente a la mala calidad del combustible base como la causa del problema.
Encinas afirmó que el combustible presenta una combinación inadecuada con otros aceites y aditivos, calificándolo de «basura». Los reclamos formales realizados al Ministerio de Hidrocarburos no han recibido una respuesta satisfactoria, según la institución gremial.
Combustible con niveles de azufre excesivos
Uno de los puntos críticos denunciados por la CAB es el alto nivel de azufre en el diésel. Mientras la normativa autoriza un máximo de 50 partes por millón (ppm), las pruebas encargadas por la Cámara detectaron presencia de hasta 4.500 ppm. «Hemos hecho múltiples reclamos, pero siempre recibimos excusas para no entregarnos una ficha técnica del combustible», subrayó Encinas.
La Cámara ha realizado sus propias pruebas de calidad, cuyos resultados califican el combustible de «pésimo». Sin embargo, las autoridades se niegan a aceptar estos informes, argumentando que solo son válidas las muestras emitidas por el Ibmetro.
YPFB, responsable directo en la cadena de distribución
El exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, explicó que la responsabilidad de la calidad del combustible que sale de las refinerías y plantas de almacenaje recae directamente en Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). «Cada lote debe contar con un certificado de calidad para garantizar la trazabilidad», puntualizó.
Ríos sugirió que la desesperación de YPFB por abastecer el mercado, en un contexto de problemas de importación y falta de dólares, podría estar llevando a la empresa estatal a distribuir un producto fuera de las especificaciones técnicas requeridas.
Vías de reclamo para los afectados
Frente a los daños reportados, Ríos indicó que los gremios de transportistas y los conductores afectados deben interponer una queja formal ante la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) o las Oficinas de Defensa al Consumidor (Odeco). Esta acción permitiría a la ANH verificar los lotes de combustible, rastrear su distribución y establecer las responsabilidades correspondientes.
La situación también revela un problema de fondo: la falta de una ficha técnica clara del combustible nacional fue un impedimento para que Brasil autorizara la importación de vehículos Flex a Bolivia, según recordó el gerente de la CAB.
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