

Los productores de arroz en Beni anunciaron un tractorazo y la toma de la planta de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) en Trinidad, en respuesta a la escasez de diésel que paraliza su maquinaria agrícola. La protesta se activará la próxima semana, coincidiendo con el inicio de la siembra, y busca presionar al Gobierno para autorizar el transporte de combustible importado.
David Pérez, productor de arroz y representante del sector, alertó que «ya es insostenible el tema del combustible, estamos con la maquinaria parada. No podemos seguir trabajando». En una entrevista con Unitel, Pérez enfatizó que necesitan al menos 7 millones de litros de diésel para la campaña de siembra, pero la falta de abastecimiento pone en riesgo la producción de alimentos básicos.
Anuncio de medidas de presión
El lunes, en una reunión de productores, se decidió avanzar con el tractorazo y la toma de instituciones públicas, incluyendo la planta de YPFB en la capital beniana. «Hemos optado por comprar diésel a 14 bolivianos, pero no podemos transportarlo por la burocracia de permisos», explicó Pérez.
Los arroceros denuncian que el Gobierno no garantiza el suministro, lo que obliga a recurrir a importadoras privadas. Sin embargo, las autorizaciones para mover el combustible requieren «un montón de papeleríos» que demoran el proceso, según el líder sectorial.
Exigencias al Gobierno
El sector productivo demanda dos medidas urgentes: permisos acelerados para transportar diésel importado y el envío de cisternas móviles a las zonas de producción. Pérez reveló que, a la fecha, acumulan una demanda de 1 millón de litros para iniciar la siembra sin contratiempos.
Además, acusan a revendedores de acaparar el 80% o 90% del diésel disponible en surtidores, revirtiéndolo a precios especulativos de 12 a 15 bolivianos por litro. «Ese diésel no llega al productor», lamentó el entrevistado.
Riesgos para la producción alimentaria
La crisis de diésel agrava otros problemas, como el alza de precios en insumos importados debido a la escasez de dólares. «Tendremos que ver cómo incide en el costo final de los agroquímicos y fertilizantes», advirtió Pérez, lo que podría elevar los precios de la canasta familiar.
Sectores productivos de Beni alertan que la interrupción en la siembra amenaza la seguridad alimentaria regional. La protesta busca visibilizar esta emergencia y forzar una respuesta gubernamental inmediata.
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