

El gobierno boliviano restó importancia este martes a la descertificación impuesta por Estados Unidos, que excluye al país de la lista de naciones cooperantes contra el narcotráfico por «incumplimiento manifiesto». El viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Jaime Mamani, afirmó que esta medida «no significa nada» para Bolivia, al considerarla unilateral y sin valor técnico. Las declaraciones se dieron en el contexto de un informe del Departamento de Estado de EE.UU. conocido el lunes, que también afecta a países como Colombia, Venezuela y Afganistán.
Declaraciones clave del viceministro Mamani
Jaime Mamani sostuvo que la descertificación es la decimoctava vez que EE.UU. toma esta acción contra Bolivia desde la expulsión de la DEA y el fracaso de la «guerra contra las drogas». «Para nuestro país no representa nada», enfatizó durante una entrevista en el canal estatal. Según Mamani, Estados Unidos no es un organismo reconocido para evaluar políticas antidrogas, ya que esa competencia recae en las Naciones Unidas.
El funcionario criticó el informe como «desacreditación unilateral y sesgada» del Departamento de Estado. A pesar de la sanción, Mamani destacó que el documento reconoce los avances de Bolivia en la lucha contra el narcotráfico.
Contexto de la descertificación
El lunes, el Departamento de Estado de EE.UU. eliminó a Bolivia de su lista de países que cooperan en el control del narcotráfico, citando incumplimientos en la erradicación de cultivos ilícitos y decomisos. Esta medida se aplica también a Birmania y otras naciones, según el informe anual. Bolivia, que forma parte de las evaluaciones de la ONU, rechaza la validez de esta clasificación estadounidense.
Mamani argumentó que el propio informe menciona textualmente el aumento de incautaciones en territorio boliviano. Además, resalta la extradición del narcotraficante Maximiliano Dávila como prueba de la voluntad política del Estado Plurinacional.
Esfuerzos antidrogas de Bolivia
La autoridad gubernamental subrayó los logros durante su gestión, con un promedio anual de 35 toneladas de droga incautadas. Esta cifra «supera abismalmente a otros gobiernos de Bolivia», según Mamani. El país está llevando a la justicia a narcotraficantes y demostrando al mundo su capacidad para reducir la oferta y demanda de estupefacientes.
Estos datos contrastan con la visión de EE.UU., pero refuerzan la posición boliviana de que sus políticas son efectivas y soberanas. El viceministro concluyó que, ante la voluntad política, es posible avanzar en la erradicación del narcotráfico.
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