

El crimen y la violencia le cuestan anualmente a América Latina y el Caribe el 3,4% de su Producto Interno Bruto (PIB), una cifra abrumadora que supera las inversiones en educación o infraestructura. Así lo reveló un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), presentado por su presidente, Ilan Goldfajn, durante la Cumbre Regional de Seguridad y Justicia en Buenos Aires.
El reporte, publicado en noviembre de 2024 con datos de 2022, cuantifica los enormes costos directos que estos flagelos imponen al desarrollo sostenible y al crecimiento económico de la región.
El impacto económico comparativo
Los hallazgos del BID ofrecen una perspectiva clara de la magnitud del problema. El costo anual del crimen equivale a 12 veces el presupuesto regional para investigación y desarrollo. Además, es el doble de lo que se destina a asistencia pública y representa un 78% del presupuesto total asignado a educación.
Estas cifras ilustran cómo los recursos que se pierden o se desvían para combatir la delincuencia podrían ser invertidos en áreas clave para el progreso de los países.
Una región desproporcionadamente afectada
El presidente del BID, Ilan Goldfajn, subrayó que el crimen organizado es uno de los desafíos más urgentes. Aunque América Latina y el Caribe albergan solo el 8% de la población mundial, la región concentra un tercio de todos los homicidios globales.
La tasa de homicidios regional es tres veces superior al promedio mundial, según datos de la Oficina de las Naciones contra la Droga y el Delito (UNODC). El BID estima que la mitad de estos homicidios están directamente vinculados con las actividades del crimen organizado.
El alcance del estudio del BID
La investigación analizó datos de los 22 países que forman parte de la Alianza para la Seguridad, la Justicia y el Desarrollo. La lista incluye a naciones de Sudamérica, Centroamérica y el Caribe, como Argentina, Brasil, México, Colombia, Chile, y las naciones del Triángulo Norte de Centroamérica, entre otras.
El estudio del BID concluye que abordar la inseguridad es fundamental para liberar el potencial económico de la región y destinar sus recursos hacia un desarrollo inclusivo y sostenible.
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