

La Cámara Nacional de Comercio (CNC) advirtió que Bolivia podría cerrar 2025 con una inflación acumulada superior al 20%, según su presidente, Eduardo Olivo. En una entrevista con Unitel, señaló que las proyecciones estadísticas apuntan a un escenario preocupante si no se toman medidas urgentes. Este pronóstico se basa en la tendencia inflacionaria registrada hasta agosto, que alcanzó el 18,09%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Inflación supera metas oficiales
El INE reportó que la inflación acumulada hasta agosto triplica la meta del 7,5% establecida en el Presupuesto General del Estado (PGE) 2025. Aunque agosto mostró un leve control con un incremento de precios del 1%, la CNC destaca que el aumento sostenido sigue afectando el poder adquisitivo de los bolivianos. Olivo subrayó que esta situación no solo eleva los costos de vida, sino que también amenaza con generar desempleo y debilitar la producción.
Precios y desempleo en aumento
El alza de precios impacta directamente los bolsillos de los ciudadanos, según Olivo. “La inflación genera un incremento en los costos y puede provocar desempleo, con un proceso largo para recuperar la estabilidad”, afirmó. La CNC teme que el sector productivo se vea comprometido, afectando la generación de empleo y la competitividad empresarial.
Medidas del sector privado
Para mitigar los efectos, el sector privado evalúa estrategias como la importación directa de diésel y acciones para proteger las fuentes laborales. Estas iniciativas buscan reducir los costos operativos y mantener la estabilidad en el mercado.
Perspectivas del INE
El INE prevé una posible reducción en los precios de productos como la carne de pollo, res y bienes importados, gracias a la reciente baja en el tipo de cambio del dólar en el mercado paralelo, que cayó de Bs 20 a poco más de Bs 10. Sin embargo, la CNC insiste en que estas medidas podrían no ser suficientes para revertir la tendencia inflacionaria a corto plazo.
Un desafío para la estabilidad económica
La advertencia de la CNC pone en evidencia los retos que enfrenta Bolivia para controlar la inflación y proteger la economía. Con un panorama incierto, tanto el sector privado como las autoridades deberán coordinar esfuerzos para evitar un impacto mayor en la población y el tejido productivo.
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