

Entre 2010 y 2024, Bolivia registró la quema de 36 millones de hectáreas, una cifra que refleja la magnitud de los incendios forestales en el país. El dato fue presentado por el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Bolivia (CIAB) durante el Sexto Congreso Internacional de la Soya, organizado por la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo).
El presidente del CIAB, Juvenal Bonilla, explicó que el estudio —elaborado durante seis meses por un comité especializado— buscó identificar las causas y el impacto ambiental, social y económico de los incendios, principalmente en el departamento de Santa Cruz.
Principales años de incendios
El informe destaca algunos de los eventos más graves registrados en el periodo de análisis:
– 2010: 9,6 millones de hectáreas quemadas en Bolivia.
– 2019: cerca de 7,5 millones de hectáreas.
– 2023 (Santa Cruz): 7,6 millones de hectáreas.
– 2024: 10,8 millones de hectáreas a nivel nacional.
Según el estudio, más de la mitad de las áreas afectadas corresponden a zonas boscosas, y el 75% de los incendios se concentró en tierras fiscales, lo que refleja problemas de ocupación irregular y falta de control estatal.
Impactos sociales y ambientales
El incendio de 2023 en Santa Cruz fue uno de los más críticos. Además de los daños ambientales y económicos, el humo provocó 27.000 casos de intoxicación en Chuquisaca, principalmente por afecciones respiratorias.
Aunque el 90% de las áreas afectadas volvió a su estado natural, los investigadores señalaron que la quema no estuvo destinada a habilitar tierras agrícolas, sino que respondió a procesos de ocupación desordenada y ausencia de fiscalización.
Causas principales
El CIAB identificó como origen de los incendios la ocupación irregular de tierras fiscales, en muchos casos vinculada a favores políticos y a la falta de planificación técnica y ambiental. Estas dotaciones derivan en focos de fuego difíciles de controlar por las condiciones de la zona.
Recomendaciones del sector agronómico
El Colegio de Ingenieros Agrónomos de Bolivia planteó medidas para enfrentar esta problemática:
– Prevenir y controlar incendios en zonas vulnerables.
– Fortalecer la fiscalización y la investigación de casos.
– Exigir mayor compromiso de municipios y gobernaciones.
– Evitar el manejo político y centralista en la dotación de tierras.
Los incendios forestales en Bolivia no solo generan pérdidas ambientales y agrícolas, sino también impactos directos en la salud pública y el bienestar social. El gremio advirtió que, sin medidas firmes y sostenidas, la magnitud de estas quemas podría repetirse en los próximos años.
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