

La noche del jueves, una violenta emboscada en la avenida Cristo Redentor, entre cuarto y quinto anillo de Santa Cruz, terminó con la vida de dos hombres: Leonardo Vaca Díez Gentile, un criminal de larga trayectoria, y Harold Méndez Erlwein, un empresario. El ataque, perpetrado con ráfagas de disparos, ocurrió mientras ambos circulaban en una camioneta Lexus de lujo.
La Policía confirmó que el vehículo habría sido utilizado previamente en el secuestro de Erick Roberto Baeza Achá, desaparecido desde el 29 de julio, lo que añade un componente crítico a la investigación del doble homicidio.
¿Quién era Leonardo Vaca?
Leonardo Vaca Díez Gentile era un nombre notorio en el prontuario policial de Santa Cruz, con un historial delictivo que se extendía por casi dos décadas. Su primer ingreso a la cárcel de Palmasola fue en 2007, acusado de homicidio. En 2011, volvió a ser encarcelado por su participación en el secuestro de un miembro de la familia Von Borries, un caso de alta repercusión mediática.
En 2014, su nombre se vinculó al asesinato del ciudadano croata Goran Popovic, destapando redes delictivas transnacionales. Su última reclusión fue en 2020, por la planificación del homicidio de Lorgio Saucedo Jiménez. Pese a su reincidencia en delitos graves, la justicia le otorgó libertad bajo una fianza de solo 10.000 bolivianos meses antes de su muerte.
¿Quién era Harold Méndez?
Harold Méndez Erlwein, de 41 años, era identificado como empresario del sector transporte. Según su abogado, Daniel Vidal, Méndez había estado detenido preventivamente en Palmasola por un caso de estafa y estelionato agravado. Al momento del ataque, estaba como pasajero en la vagoneta Lexus que fue blanco de los agresores.
Su representante legal de la víctima declaró que se desconocen los motivos exactos del ataque contra su cliente, aunque no descartó que se tratara de un ajuste de cuentas dentro del mundo delictivo.
Investigación en curso
Las autoridades investigan el hecho como un probable ajuste de cuentas. El despliegue balístico en la escena, con decenas de impactos de bala en el vehículo, sugiere una ejecución planificada. El caso también es vinculado a la investigación por la desaparición de Erick Roberto Baeza Achá, dada la conexión del automóvil con ambos hechos.
El doble homicidio ha reavivado el debate sobre la eficacia del sistema judicial tras conocerse que Vaca, a pesar de su peligrosidad y reincidencia, se encontraba en libertad.
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