

El pasado 17 de agosto se celebraron las elecciones nacionales en Bolivia. Los resultados oficiales determinaron que Jorge Quiroga y Rodrigo Paz disputarán un balotaje el próximo 19 de octubre. Que dos candidatos de la “oposición” hayan llegado a esta instancia y que, por tanto, el próximo gobierno sea de línea “derechista”, ha generado expectativas positivas y un fuerte optimismo en la población. Todo esto ocurre después de casi 20 años de socialismo, cuyo ciclo concluyó con un balance económico desfavorable.
¿Cómo impactó esto en la economía al día siguiente?
El riesgo país de Bolivia, que el 15 de agosto —dos días antes de los comicios— se ubicaba en 1.525 puntos, cayó un 21% tras las elecciones, llegando a 1.207 puntos al 18 de agosto, según los datos más recientes.
Ese nivel representa una reducción del 43% respecto al 1 de mayo y, además, es el más bajo desde el 6 de septiembre de 2023, cuando alcanzó los 1.201 puntos. Es decir, tuvieron que transcurrir casi dos años para que Bolivia regresara a un índice cercano a los 1.200 puntos.
Si bien seguimos siendo la segunda economía de la región con mayor riesgo para invertir, resulta innegable que la cercanía de las elecciones y la alta probabilidad de un cambio de gobierno y de modelo económico han influido en la tendencia descendente del riesgo país. Esto ha transmitido confianza a inversionistas y acreedores internacionales, quienes perciben que en el futuro Bolivia podría enfrentar con menos dificultades el cumplimiento de sus obligaciones externas.
La tendencia bajista se hizo visible desde inicios de julio, cuando las encuestas ya perfilaban a candidatos opositores entre los tres primeros lugares. La última medición reforzó esa proyección y la posibilidad concreta de un nuevo gobierno no socialista. Ese escenario se tradujo en un descenso de 319 puntos en el riesgo país hasta el 18 de agosto, principalmente como efecto de los resultados electorales.
El impacto no se limitó a ese indicador. La certeza de una segunda vuelta entre opositores también estabilizó el tipo de cambio: se espera que hasta octubre el dólar se mantenga entre Bs 13 y Bs 15. De manera similar, los bonos soberanos con vencimiento en 2028 y 2030 subieron más de 3,5 centavos por dólar, cotizándose por encima de los 81 centavos.
En conclusión, estos movimientos favorables son coyunturales y responden al optimismo generado por la posibilidad de un cambio de rumbo económico tras dos décadas de socialismo. Sin embargo, para consolidar una mejora sostenida del riesgo país, equilibrar el mercado cambiario y fortalecer los bonos, será imprescindible adoptar reformas estructurales: financiamiento externo, reducción del gasto estatal y transformaciones en materia laboral, impositiva y de inversión.
Porque, al final, “no todos los domingos habrá elecciones presidenciales en Bolivia”.
Luis Fernando Romero Torrejón es presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija.
La opinión expresada en este artículo es de exclusiva responsabilidad del autor y no representa una posición oficial de Enfoque News.
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