La Minera San Cristóbal (MSC) realizó un aporte de 402,1 millones de dólares en impuestos, regalías y patentes a Bolivia el 2022, según un reporte de Sostenibilidad 2022 titulado “Superando Desafíos”, documento que comparte información sobre el desempeño que registró la empresa en los ámbitos económico, social y ambiental.
MSC es la operación minera a cielo abierto más grande de Bolivia y desarrolla sus operaciones dentro de un contrato minero con el Estado, con operaciones seguras, con tecnología de punta, con compromiso social y respeto por el medioambiente.
En 2022, produjo 327 mil toneladas de concentrado de zinc-plata y 67 mil toneladas de concentrado de plomo-plata. Sus cifras de desempeño económico muestran que las ventas de concentrado sufrieron una disminución del 23% ($us 194 millones) en comparación con la gestión anterior, por una caída de 138% ($us 269 millones) en el volumen de concentrado vendido. Esto se debió en gran medida a un incendio en el Puerto de Mejillones, Chile, ocurrido en el último trimestre de 2022.
Sin embargo, los precios favorables del zinc en ese año compensaron en parte la disminución de las ventas. Como resultado, hubo un incremento de 38% ($us 75 millones) en el ingreso neto. A esto se suma que el año pasado la empresa no recibió multas o sanciones monetarias por incumplimiento de leyes o regulaciones.
“El resultado neto del año fiscal fue negativo en $us 21 millones, afectado por el pago de impuestos de gestiones anteriores, la devaluación de activos fijos, la disminución en la venta de concentrado y el aumento en los costos de producción. El costo de los suministros aumentó como resultado de conflictos internacionales, de cuellos de botella en la cadena de suministro y de la inflación”, revela Dave Assels, Presidente de la empresa, en su mensaje introductorio al documento.
Impacto positivo
Durante 2022, MSC implementó medidas para reducir su uso de agua y su generación de residuos, con ello mitigó los impactos en la biodiversidad local. Más de $us 2,2 millones fueron dirigidos sobre todo a obras civiles de drenaje de mina, regado de caminos (mina y campamento), limpieza y mantenimiento de diques y remoción de top soil (capa superior del suelo fértil, copioso en minerales y nutrientes) en Wila Khara; como también a la rehabilitación, revegetación y mantenimiento de áreas perturbadas por las faenas mineras, dentro y fuera del área de operaciones.
La minera atribuye sus logros a sus 1.322 trabajadores distribuidos en el campamento y en sus oficinas en Potosí y La Paz; como también a sus 1.501 contratistas. Aplica normas internacionales voluntarias, como la ISO 45001, OSHA, MSHA y ACGIH, para garantizar altos estándares en seguridad y salud ocupacional. También fomenta una cultura preventiva y toma medidas de control para mantener un entorno laboral seguro para los empleados directos, para los contratistas y visitantes.
MSC es parte del Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM), organización internacional dedicada a promover una minería con principios, segura, justa y sostenible. En consecuencia, desde 2018 integra a su Sistema de Gestión los principios y declaraciones de posición del ICMM, alineados su vez con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS).
A finales del año pasado, recibió de la Cámara de Comercio e Industria Boliviano-Alemana e ICR Systems & Management el reconocimiento “Best Practice en el proceso de elaboración de informes de sostenibilidad”, conforme al Global Reporting Iniciative (GRI). De hecho, su Reporte de Sosteniblidad 2022 fue elaborado según estándares GRI y su respectivo suplemento para el Sector de la Minería y Metales.
$us 2,9 millones para las comunidades
Como empresa minera que desarrolla sus operaciones de manera formal y legal en el país, MSC cumple con la legislación boliviana sobre Derechos de los Pueblos Indígenas y apoya el fortalecimiento de proyectos de desarrollo productivo en la región. El Reporte de Sostenibilidad 2022 resalta su compromiso permanente con el respaldo a proyectos de desarrollo comunitario, educación, salud e infraestructura.
Sus inversiones en las comunidades aledañas a la operación minera llegaron a los 2,9 millones de dólares. El año pasado finalizó varios proyectos importantes como la construcción y puesta en marcha de la Bahía de salida en 115 kilovatios y las instalaciones de media tensión en la Subestación Litio. Esta obra tuvo un impacto socioeconómico significativo en la electrificación rural Lípez.
También pudo concretar la firma de actas de conciliación con las comunidades de San Cristóbal, Culpina K, Río Grande, Santiago K y Colcha K para el uso de suelos por la línea férrea, que se extiende por 20 años más. Asimismo, optimizó aún más el trabajo coordinado con la comunidad de Culpina K dentro de la Comisión de Medioambiente, para el monitoreo y seguimiento de las actividades relacionadas con el manejo del depósito de colas y el control de los factores ambientales.
El Proyecto de Quinua continuó sus capacitaciones y asistencia técnica para la aplicación de técnicas y prácticas orientadas a la certificación, el Proyecto de Camélidos incrementó la producción de derivados de carne de llama y amplió el mercado para su comercialización, y el Proyecto de Vicuñas permitió capturar y esquilar un mayor número, con lo que se obtuvo más fibra bruta que en la gestión anterior.
El Proyecto de Turismo fortaleció a las unidades de negocio y se auspició su participación en ferias a nivel nacional; y el Proyecto de Educación alcanzó la graduación de 43 jóvenes con bachillerato técnico humanístico y la entrega de equipos de computación a una unidad educativa.