

En un mensaje contundente, el presidente Luis Arce advirtió sobre los riesgos que, según él, enfrenta un eventual triunfo de la oposición en las elecciones generales del 17 de agosto próximo. “Está en peligro lo que están saboreando”, declaró, refiriéndose al posible ascenso de la derecha, al que asoció con una amenaza de inestabilidad política y social si no se colabora desde ahora en la Asamblea Legislativa.
Durante una entrevista en el programa Fama, Poder y Ganas, Arce explicó que su frase apunta a una situación que se vislumbra en las encuestas, donde sectores opositores de la derecha aparecen con ventaja frente al oficialismo. No obstante, afirmó que esta victoria podría verse truncada por la crisis institucional y el bloqueo legislativo que enfrenta su gobierno.
Riesgos de inestabilidad y bloqueo político
Para el presidente del Estado, la negativa de la Asamblea a aprobar créditos internacionales y otras medidas económicas pone en jaque no solo la gestión actual, sino también la transición democrática:
“Corremos el riesgo de una convulsión social. Y eso es lo que exactamente quiere Evo Morales”.
Según Arce, hay sectores que actúan deliberadamente para provocar un escenario de desestabilización, lo que —de materializarse— afectaría incluso a quienes lideran las encuestas.
¿Están garantizadas las elecciones?
Consultado directamente sobre la seguridad del proceso electoral, Arce respondió con cautela, revelando conversaciones en curso con el Tribunal Supremo Electoral (TSE):
“Eso es lo que estamos tratando de asegurar. Hemos conversado con el TSE para garantizar que todo se realice en orden. Sin embargo, algunos asambleístas de oposición ya han anunciado que no aprobarán más créditos, lo cual no solo pone en riesgo las elecciones, sino también la estabilidad del país”.
Las declaraciones se producen en medio de un contexto tenso, con una Asamblea Legislativa dividida y un ambiente electoral cada vez más polarizado.
Aceptación del resultado, pero sin violencia
Frente a la posibilidad de un cambio de signo político en el Ejecutivo, Arce manifestó su disposición a aceptar el resultado electoral, siempre que se garantice la paz:
“A mí no me molestaría que gane un gobierno de derecha, siempre que no haya convulsión. Lo más importante para mí es que no haya ninguna violencia en el país y que las elecciones se lleven a cabo según lo establece la Constitución Política del Estado, de la manera más pacífica y transparente posible”, manifestó el mandatario.
La postura del mandatario busca reforzar su imagen institucional, aunque no oculta su preocupación por el bloqueo político actual y sus efectos sobre la gobernabilidad futura.
Las declaraciones de Luis Arce reflejan una doble advertencia: la necesidad de cooperación entre fuerzas políticas para mantener la estabilidad y el riesgo que enfrenta la democracia si persisten los enfrentamientos institucionales. Con el calendario electoral en marcha y las tensiones en aumento, el escenario político boliviano se perfila incierto y marcado por advertencias sobre lo que está —o no— garantizado.
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