

El presidente Luis Arce reconoció este jueves que no puede garantizar el fin de las largas filas en estaciones de servicio por escasez de combustibles, atribuyendo el problema a la falta de divisas y los retrasos en la aprobación de créditos externos por la Asamblea Legislativa. Durante una entrevista en el programa Fama, Poder y Ganas, el mandatario admitió que la situación sigue siendo crítica y que no hay soluciones inmediatas.
Falta de dólares y créditos pendientes
Arce explicó que Bolivia no cuenta con los recursos suficientes para asegurar el abastecimiento de gasolina y diésel hasta fin de año. «No hay nada asegurado, podemos volver a tener colas, porque no hay dólares», afirmó. Destacó que, aunque se aprueben los 1.800 millones de dólares en créditos internacionales pendientes, los fondos no llegarían de inmediato, sino de manera gradual.
Además, criticó a la oposición por demorar la autorización de estos préstamos, señalando que, de haberse gestionado a tiempo, el país no enfrentaría desabastecimiento. «Si en la Asamblea Legislativa hubiesen aprobado los créditos oportunamente, Bolivia nunca hubiera tenido problemas de combustible», sostuvo.
Promesas incumplidas y contexto económico
El 23 de mayo, Arce aseguró que el suministro de combustibles se regularizaría al 100% a partir del 26 de mayo. Sin embargo, las filas persistieron en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, incluso colapsando calles en algunas zonas.
Consultado sobre si el país atraviesa una crisis económica, el presidente negó el término, aunque admitió dificultades. «Nunca hemos negado que hay problemas, pero hablar de crisis es exagerado», dijo. Atribuyó la escasez de divisas al desplome de las exportaciones de gas, que cayeron de 6.000 millones de dólares anuales a solo 1.600 millones en 2023.
Soluciones a largo plazo
Arce mencionó que su gobierno impulsa medidas estructurales, como inversiones en exploración petrolera y diversificación económica mediante la industrialización. Sin embargo, insistió en que la inestabilidad política ha agravado la situación.
Mientras tanto, los ciudadanos siguen enfrentando largas esperas para cargar combustible, sin certeza de cuándo se normalizará el abastecimiento.
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