
El ministro de Economía y Finanzas Públicas, José Gabriel Espinoza, advirtió este jueves a los transportistas que “no pueden aprovecharse de la situación” para incrementar desmedidamente el precio de los pasajes, tras el aumento en el costo de los combustibles. La autoridad convocó a mesas de diálogo, pero fue enfático en rechazar alzas “doble o triple” en la tarifa.
La advertencia se produce después de que choferes del transporte libre en La Paz comenzaran a cobrar un mayor monto a los usuarios, argumentando el incremento oficial en el precio del diésel y la gasolina.
Firmeza contra incrementos “abusivos”
Durante una entrevista con Unitel, el ministro Espinoza cuestionó la lógica de duplicar el pasaje. “No es correcto que aquel transportista que ayer llenó el tanque de combustible a 3 bolivianos con 72, hoy día quiera duplicar el precio del transporte público”, señaló.
Aunque reiteró que el Gobierno está “absolutamente abierto al diálogo” y que se instalarán mesas de trabajo con el sector, fue claro en su postura: “Tenemos también la decisión firme de que esto no puede ser aprovechado por unos cuantos vivos”.
Precio único de combustibles y medidas de alivio
Espinoza recordó que el precio de los combustibles, fijado en 9,80 bolivianos por litro para el diésel y 6,96 bolivianos para la gasolina, “es único para todos los sectores” y no existen escalas diferenciadas. Esta medida, explicó, busca “eliminar los incentivos o beneficios perversos que recibían unos pocos a costa de muchos”.
Paralelamente, el ministro destacó que la gestión ha implementado medidas para reducir los costos operativos de los transportistas, como la eliminación de aranceles e impuestos para la importación de llantas, lubricantes y repuestos.
Cambio en la política de subsidios y futuro abastecimiento
El funcionario reconoció un cambio en la política anunciada durante la campaña electoral, que contemplaba un régimen especial para el transporte público al levantar el subsidio. Ahora, el incremento rige de manera general.
Para el futuro, Espinoza anunció que, en las próximas semanas y meses, Bolivia dejará de importar gasolina y diésel para comenzar a importar petróleo crudo y refinarlo localmente. “Esto permitirá mantener los precios en los niveles que hemos puesto”, afirmó, explicando que actualmente el país produce cerca del 40% de la gasolina que demanda.
La situación mantiene en alerta a las autoridades, que buscan un equilibrio entre la aplicación de la nueva política de combustibles y la protección del bolsillo de los usuarios del transporte público.



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