
La Federación de Fútbol de Surinam (SVB) se encuentra en riesgo inminente de ser sancionada por la FIFA, incluida una posible suspensión de todas sus actividades. La crisis se debe a que grupos perdedores en las últimas elecciones federativas recurrieron a tribunales civiles, lo que provocó el congelamiento de las cuentas bancarias de la institución y viola los estatutos del organismo rector del fútbol mundial.
Esta situación no solo amenaza la gobernanza del fútbol surinamés, sino que también paraliza operaciones urgentes. La SVB no puede contratar un nuevo director técnico para la selección nacional, la cual tiene un partido oficial de repechaje frente a Bolivia programado para el 26 de marzo en Monterrey, México.
Demandas judiciales desatan la crisis
El conflicto se originó tras las elecciones de la junta directiva de la SVB, celebradas hace varios meses. Los grupos perdedores, identificados como Oldenstam y Kurban, presentaron demandas ante los tribunales ordinarios del país para impugnar los resultados.
Uno de estos grupos, Oldenstam, logró que un tribunal embargara las cuentas bancarias de la federación como medida cautelar. La SVB ha calificado esta acción de ilegal y actuada de mala fe, argumentando que su único objetivo es obstaculizar el funcionamiento normal de la institución.
La FIFA prohíbe recurrir a tribunales civiles
La normativa de la FIFA es clara y estricta en este aspecto. Prohíbe a sus federaciones miembro resolver disputas futbolísticas internas en tribunales civiles, salvo en casos de absoluta necesidad y donde la legislación nacional lo exija explícitamente.
Aunque la ley de Surinam ha permitido esta intervención judicial, la FIFA no reconoce este principio. Por ello, el organismo considera que la mera presentación de estas demandas ya constituye una violación grave de sus estatutos.
Consecuencias graves: suspensión y parálisis
En un comunicado oficial, la propia SVB alertó sobre las severas consecuencias. La FIFA podría imponer sanciones que incluyen la suspensión inmediata de la federación o la instalación de un comité de normalización para administrarla.
Una suspensión significaría la paralización total del fútbol surinamés. Todas las selecciones nacionales y los clubes quedarían excluidos de competencias internacionales hasta que se resuelva el conflicto y se levanten las sanciones.
Futbol competitivo en juego
La crisis tiene un impacto deportivo inmediato. La selección nacional se queda sin entrenador tras la renuncia de Stanley Menzo hace unas semanas y, con las cuentas congeladas, la SVB no tiene recursos para contratar a su reemplazo.
Esto pone en grave riesgo la preparación del equipo para el crucial partido de repechaje contra Bolivia, compromiso oficial que debe cumplirse el próximo 26 de marzo. La ventana para preparar el encuentro y alinear un cuerpo técnico se reduce día a día mientras persiste el bloqueo financiero y la amenaza de una suspensión global.



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