
El vicepresidente Edmand Lara y el ministro de Desarrollo Productivo, Oscar Mario Justiniano, llegaron este miércoles a Belém do Pará, Brasil, para participar en la COP30. El objetivo central de la delegación boliviana es gestionar inversiones que impulsen el desarrollo sostenible y presentar la posición del país ante la cumbre climática mundial.
La cumbre, que se desarrolla del 6 al 21 de noviembre de 2025, reúne a representantes de nearly 200 países. La asistencia de Bolivia se enmarca en una estrategia de articulación regional para fortalecer la acción climática y atraer capitales que beneficien al pueblo boliviano.
Encuentro clave con la presidencia de la COP30
Como primer acto oficial, los representantes bolivianos sostuvieron una reunión de trabajo con el embajador Andrés Corrêa do Lago, presidente designado de la COP30. Este encuentro buscó fortalecer la cooperación bilateral con Brasil, orientada a la generación de políticas para el desarrollo sostenible.
“Estamos acá para participar en la primera cumbre climática, en la COP30, un hecho histórico. Bolivia hará conocer su realidad y buscará inversiones que permitan mejorar la vida de todo el pueblo boliviano”, expresó el vicepresidente Lara a través de sus redes sociales.
Una agenda firme para proteger la biodiversidad
Durante las intervenciones, la delegación boliviana enfatizó su visión integral para proteger los bosques y la biodiversidad. Lara subrayó la urgencia de consolidar un marco normativo robusto que permita enfrentar desafíos críticos como los incendios forestales.
“Los incendios destruyen 2,6 millones de hectáreas cada año. El gobierno anterior no impulsó normas ambientales reales; nosotros tenemos una visión clara y firme: establecer una agenda de cooperación seria, fortalecer nuestras leyes y proteger nuestros bosques”, afirmó el vicepresidente.
Bonos de carbono y financiamiento climático
Por su parte, el ministro Justiniano destacó la relevancia de los bonos de carbono dentro de la estrategia económica nacional. Mencionó herramientas clave como el sistema RENAPP, diseñado para evitar la doble contabilidad y combatir a los llamados “piratas del carbono”.
Asimismo, resaltó la aprobación de las NDC 3.0 (Contribuciones Nacionalmente Determinadas) sobre financiamiento climático. Justiniano recalcó que el mandato del pueblo es que “Bolivia sea un socio confiable que genere desarrollo sostenible y económico”.
Un proceso que evoluciona hacia la economía verde
El embajador Andrés Corrêa do Lago, anfitrión de la cumbre, contextualizó la evolución de las negociaciones climáticas. Recordó que el proceso inició en la Cumbre de Río de 1992 y se consolidó con el Acuerdo de París.
Do Lago señaló que la negociación climática “comenzó como un esfuerzo ambiental y hoy se ha transformado en un proceso de economía y desarrollo”. Destacó la cooperación internacional como una herramienta fundamental para que países como Bolivia enfrenten los desafíos globales.



Sé el primero en dejar un comentario