
Sin duda, Bolivia atraviesa un momento histórico. El presente es extremadamente complejo: una economía en recesión técnica combinada con una inflación elevada representa una mezcla particularmente peligrosa para la población, cuyo poder adquisitivo se encuentra severamente reprimido y que enfrenta una fuerte presión hacia el aumento de la pobreza.
Desde el balotaje hasta la fecha se ha producido un cambio radical en las expectativas y perspectivas económicas del país, tanto dentro como fuera de sus fronteras. Han desaparecido las largas filas para adquirir carburantes, y el renovado apoyo internacional junto con el acceso a financiamiento externo han sido determinantes para mejorar indicadores sensibles que también responden a factores políticos. A continuación, un resumen muy breve de los principales avances:
- Dólar paralelo: El 19 de octubre de 2025, día del balotaje, alcanzó un pico de Bs 15, nivel que retrocedió en menos de dos horas. Desde entonces, la tendencia ha sido claramente decreciente, con alzas muy puntuales y de corta duración. Actualmente, su cotización se ubica cerca de los Bs 10,48. El tipo de cambio oficial, por su parte, cumple 11 años sin modificaciones.
- Riesgo país: El 20 de octubre de 2025, un día después de la segunda vuelta, se situaba en 1.132 puntos. A partir de ese momento inició una tendencia bajista, pese a algunos repuntes a finales de octubre y principios de noviembre. Al 13 de noviembre de 2025 registraba 854 puntos, lo que representa una caída del 25 % desde el balotaje.
- Bonos soberanos: Tanto el bono con vencimiento en 2028 como el de 2030 cotizan, según los últimos datos disponibles, en torno a 0,88 centavos de dólar por cada dólar nominal. Desde el balotaje han experimentado una notable recuperación: a mediados de octubre, el primero se negociaba en 0,81 y el segundo en 0,85 centavos por dólar.
- Precio de los carburantes: El diésel y la gasolina mantienen un precio subsidiado de Bs 3,72 y Bs 3,74 por litro respectivamente desde hace casi 20 años. Aunque aún no se ha anunciado un reajuste en el esquema de precios, el nuevo gobierno ha logrado mejorar sustancialmente el abastecimiento, eliminando prácticamente las filas en todo el país.
El balotaje marcó un punto de inflexión decisivo para el inicio de la estabilización económica boliviana en variables altamente sensibles, tanto en el ámbito económico como político. Ejemplos claros son la estabilización a la baja del dólar paralelo y la significativa reducción del riesgo país, un comportamiento que no se observaba desde 2023.
El cambio de gobierno y el abandono de un modelo económico aplicado durante casi dos décadas han sido factores clave en la mejora de estos indicadores. El nuevo gobierno de Rodrigo Paz ha enviado señales positivas y concretas: un Estado pragmático, dispuesto a trabajar de cerca con el sector privado, comprometido en la búsqueda sensata de apoyo financiero internacional para estabilizar la economía y convencido de que la inversión extranjera directa constituye un elemento esencial para superar la crisis.
Existen mejoras palpables, pero el camino hacia la recuperación plena de la salud financiera del país sigue siendo largo, sinuoso y de costo aún incierto.
Luis Fernando Romero Torrejón es presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija.
La opinión expresada en este artículo es de exclusiva responsabilidad del autor y no representa una posición oficial de Enfoque News.



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