
Desenfundó y disparó tres videos en TikTok. En el primero, advirtió que no será la quinta rueda del coche ni permitirá que lo acallen e intimiden. En el segundo, cuestionó el posible retorno de la DEA porque puede interferir en la soberanía nacional. Y en el tercero, victimizándose, se quejó por haber sido puesto al hielo. Recordó que nadie gana “solito” procesos electorales. ¿Cómo será la relación de Rodrigo Paz con Edmand Lara una vez que asuman la Presidencia y la Vicepresidencia?
Sería importante que, antes del 8 de noviembre, se reúnan a solas —el tiempo que sea necesario— para establecer un mecanismo fluido y permanente de coordinación entre ellos, a fin de solucionar cualquier controversia en ámbitos reservados, tomando en cuenta los roles institucionales que desempeñarán en el Ejecutivo y el Legislativo durante cinco años.
Otra manera, aunque complementaria, es que personas de absoluta confianza del presidente y del vicepresidente se encarguen de allanar el surgimiento de discrepancias, consultando las posturas de los futuros gobernantes sobre temas cruciales, a fin de evitar que la relación Paz-Lara se ventile de manera pública y se transforme en un reality show.
Según la Constitución, el vicepresidente participa en las reuniones de gabinete, forma parte de la discusión y ejecución de políticas gubernamentales —como las relaciones internacionales— y coordina con el Ejecutivo las agendas de las cámaras legislativas en función del plan de gobierno y de las grandes necesidades de la población.
Revisando la dinámica de trabajo y relación entre presidentes y vicepresidentes desde el retorno de la democracia, no encontré antecedentes parecidos a la situación que exhiben Paz y Lara antes de asumir. Hubo dificultades y traiciones entre Hernán Siles Zuazo y Jaime Paz Zamora en la época de la UDP, y una dura ruptura entre Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Mesa cuando estalló la guerra del gas en octubre de 2003.
También existió una relación política difícil entre Goni y Max Fernández, en el período 1993-1997, debido a los cuestionamientos de la UCS al MNR, cuando el Legislativo iniciaba el tratamiento de normas clave para apuntalar la capitalización, la participación popular o la reforma educativa, además de la investigación parlamentaria de escandalosos casos como los narcovínculos de la cúpula del MIR.
El ministro de Gobierno de la época y el secretario ejecutivo de la UCS ejercieron el rol de bisagra entre Sánchez de Lozada y Fernández, entre el MNR y la UCS, para evitar que la sangre llegara al río en el denominado Acuerdo de Gobernabilidad. El mecanismo dio resultados y los socios concluyeron la gestión de gobierno con la aprobación de las principales medidas del Plan de Todos y con los ucesistas conformes con los espacios que conquistaban en cada pataleta.
Es probable que los paños fríos puestos por Paz al último incidente —antes de viajar nuevamente a Estados Unidos en busca de dólares para el país— hayan neutralizado las advertencias, cuestionamientos y quejas del excapitán de Policía, pero también es posible que en cualquier momento surja un nuevo arrebato político de Lara y se reactive la embestida de transmisiones en TikTok, con la diferencia de que ya estarán ejerciendo como presidente y vicepresidente del país.
Es de esperarse que la vertiginosa dinámica de trabajo que tendrá Lara al mando de la Asamblea Legislativa devore su inclinación a ser tiktoker sin responsabilidad por los contenidos que difunde, y que asuma que gobernar con el TikTok al lado no es aconsejable. Paz anunció la posible llegada del presidente salvadoreño Nayib Bukele para el 8 de noviembre. Siendo uno de los mandatarios que está a la vanguardia en el uso de las nuevas tecnologías en la administración gubernamental, sería útil que le consulten si se puede ser gobernante y tiktoker al mismo tiempo. Puedo imaginarme la respuesta.
El nuevo ciclo político y económico exige de los nuevos mandatarios un comportamiento distinto. La gente en Bolivia está verdaderamente hastiada de las peleas y guerras sucias. Espera soluciones estructurales a las crisis que nos han hecho tocar fondo, así que ambos están ante el desafío de dilucidar sus diferencias sin necesidad de ventilarlas y de poner fin a la época de la campaña electoral para estar a la altura del nuevo largo tiempo. Estaremos observando.
Edwin Cacho Herrera Salinas es periodista y analista.
La opinión expresada en este artículo es de exclusiva responsabilidad del autor y no representa una posición oficial de Enfoque News.


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