
El presidente electo de Bolivia, Rodrigo Paz Pereira, anunció que su equipo ya garantizó el suministro de gasolina y diésel, y ahora enfoca esfuerzos en cerrar la logística de importación para asegurar su llegada al país en las próximas dos semanas. Esta medida, junto con el flujo de dólares, busca estabilizar la economía nacional y dar certidumbre a productores y familias en un contexto de alta demanda agrícola.
Paz enfatizó que la prioridad inmediata es el «orden internacional» para el abastecimiento de combustibles y recursos financieros, elementos clave para reactivar la productividad en el corto plazo. «Ya tenemos gasolina y diésel garantizados; el tema ahora es la logística, y hay que cerrarla bien para que en los siguientes 10 o 15 días todo funcione con absoluta transparencia», afirmó el mandatario electo en entrevista con red Uno.
Paz subrayó el compromiso con la transparencia total en los procesos de importación y distribución, rompiendo con prácticas discrecionales del pasado. «A diferencia de cuando una familia o dos amigos manejaban estos temas, esto se va a publicar. Porque ahora hay la fe no solo del Estado, sino del pueblo boliviano», precisó. Esta apertura busca generar confianza en un sector vital para el transporte, la industria y el agro, donde cualquier interrupción podría elevar costos y afectar el bolsillo de los bolivianos.
Aunque la normativa vigente le impide firmar acuerdos oficiales hasta el 8 de noviembre –fecha de su asunción formal como presidente–, Paz reveló que su equipo ya delineó una ruta clara para los primeros tres o cuatro meses de gobierno. «Una cosa era hablar antes de la segunda vuelta, y otra es hacerlo como presidente electo. Ahora ya vamos con capacidad y con una ruta clara que estamos generando», explicó.
El anuncio cobra relevancia en el cierre de la campaña de invierno en el oriente boliviano y el arranque de la campaña de verano agrícola, donde la estabilidad en combustibles es esencial para la maquinaria y el transporte de cosechas. Para los distintos sectores de la sociedad, esto implica un alivio potencial en precios de alimentos y combustibles en el mercado interno, fortaleciendo la cadena productiva y evitando escasez que ha golpeado al país en años previos.


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