

Una noche más, Thibaut Courtois volvió a erigirse en héroe. Con una actuación soberbia bajo los palos y el regreso al gol de Jude Bellingham, el Real Madrid logró un trabajado triunfo por la mínima (1-0) ante la Juventus en el Santiago Bernabéu. El resultado mantiene el pleno de victorias del conjunto blanco en la fase de grupos de la Liga de Campeones, aunque dejó sensaciones encontradas en el juego y serias dudas defensivas.
El partido comenzó con un Real Madrid paciente y dominante en la posesión, pero sin profundidad. La Juventus, necesitada de confianza tras una mala racha en su liga, apostó por un esquema conservador con cinco defensas y dos mediocentros muy juntos, bloqueando cualquier intento de circulación fluida del equipo de Xabi Alonso. El conjunto italiano encontró espacios en las transiciones rápidas y obligó pronto a Courtois a intervenir. El portero belga respondió con dos paradas clave ante McKennie y Gatti que evitaron el susto inicial.
En ataque, el Real Madrid sufrió la falta de chispa de Vinícius y Mbappé, ambos bien vigilados. Brahim y Arda Güler mostraron destellos, pero sin continuidad. Bellingham, en cambio, exhibió una clara intención de reencontrarse con su mejor versión: pidió la pelota, buscó los espacios y marcó el ritmo en la medular.
El desarrollo del partido fue plano hasta el tramo final, cuando Courtois volvió a aparecer para evitar el gol de Vlahovic en un mano a mano tras un error defensivo. Fue el punto de inflexión. Minutos después, Vinícius desbordó por la izquierda y su disparo al poste dejó el balón suelto para que Bellingham, atento, empujara a la red el tanto decisivo. El Bernabéu explotó con el regreso al gol del inglés, que no marcaba en casa desde el 1 de abril.
La Juventus no se rindió. Di Gregorio evitó que Mbappé y Brahim ampliaran la ventaja y el Real Madrid sufrió en los minutos finales, con Courtois salvando de nuevo a su equipo ante un disparo de Kostic. La defensa blanca, irregular y vulnerable, dejó claro que el equipo todavía tiene ajustes pendientes antes del inminente clásico liguero frente al Barcelona.
El Real Madrid suma así su tercera victoria consecutiva en la Champions y se consolida como líder de grupo. Sin embargo, la brillantez sigue sin aparecer. El resultado refuerza la moral y la figura de Courtois, que volvió a ser el guardián del equipo, y de Bellingham, que recupera sensaciones justo cuando más lo necesitaba su equipo.
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