

Tras una elección sin mayores sobresaltos, el presidente electo de Bolivia, Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), lanzó un llamado a la unidad nacional este domingo, invitando a profesionales y ciudadanos comprometidos a sumarse a su gestión, que arrancará el 8 de noviembre.
En su primera declaración pública postelectoral, Paz agradeció el apoyo masivo de sus simpatizantes y resaltó la llegada de mensajes de líderes internacionales, incluyendo al secretario de Estado adjunto de Estados Unidos, lo que apunta a un rápido posicionamiento en la escena global.
«Por eso, hoy día en Bolivia tengan la certidumbre que este será un gobierno para gobernar con todos los hombres y mujeres, los mejores hombres y mujeres que quieran ayudar a la patria, este es su gobierno, aquí está este gobierno para poder llevar adelante las soluciones de Bolivia», enfatizó Paz durante una conferencia en el hotel Presidente de La Paz. Sus palabras buscan calmar tensiones postelectorales y fomentar una inclusión amplia, en un país polarizado por años de divisiones políticas. Para los bolivianos, esto implica la promesa de un Ejecutivo más colaborativo, aunque el verdadero desafío radica en la articulación con un Congreso fragmentado.
La convocatoria coincidió con una efusiva respuesta de sus seguidores: miles de simpatizantes del PDC se congregaron espontáneamente cerca del hotel Presidente y en el Obelisco paceño, desplegando tres camiones con sistemas de sonido para celebrar la victoria. Esta movilización espontánea refleja el entusiasmo de una base que ve en Paz una alternativa moderada, pero también subraya la necesidad de tender puentes con opositores para evitar bloqueos legislativos.
En lo electoral, los datos del Sistema de Resultados Electorales Preliminares (Sirepre) confirman el triunfo del PDC en seis departamentos clave: Pando, La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba y Chuquisaca. Por su parte, el partido Libre se impuso en Beni, Santa Cruz y Tarija. Comparado con la primera vuelta, donde el rival Manfred Reyes Villa (Unidad) lideraba en Santa Cruz y Pando, Paz consolidó su ventaja al ganar Beni y recuperar Pando en este balotaje, repitiendo victorias en sus bastiones tradicionales.
El foco ahora se desplaza a la gobernabilidad parlamentaria, donde Paz deberá negociar para avanzar su agenda. La Asamblea Legislativa Plurinacional cuenta con 130 diputados y 36 senadores. Para una mayoría simple, el nuevo gobierno requiere al menos 66 escaños en Diputados y 19 en el Senado. El PDC arranca con 49 diputados (30 uninominales, 17 plurinominales y 2 especiales), una base sólida que se fortalece con el compromiso de apoyo anunciado por Samuel Doria Medina, líder de Unidad, quien aporta 26 legisladores (11 uninominales y 15 plurinominales). Juntos, suman 75 diputados, superando cómodamente la mayoría simple, aunque les faltan 12 para alcanzar los dos tercios necesarios para reformas constitucionales.
En el Senado, la ecuación es más ajustada: el PDC obtiene 16 escaños, Libre 12, Unidad 7 y Súmate 1. La alianza con Unidad eleva la cifra a 23 senadores, quedando a solo uno de los dos tercios (24). Estas alianzas preliminares sugieren estabilidad inicial, pero las implicaciones para los lectores son claras: un Congreso dividido podría ralentizar prioridades como la reactivación económica o la lucha contra la corrupción, obligando a Paz a priorizar consensos amplios para evitar parálisis.
Con este arranque conciliador, Bolivia entra en una fase de transición ordenada, donde la clave estará en transformar palabras en acciones inclusivas. El país observa si este «gobierno para todos» logra unir a una nación diversa en tiempos de incertidumbre.
Sé el primero en dejar un comentario