

Héctor Moreli Canaviri, dirigente universitario de 38 años, falleció este lunes a consecuencia de las graves heridas sufridas a finales de junio, cuando fue arrojado por gente afín al evismo a un barranco de 50 metros durante los violentos enfrentamientos registrados en la localidad de Llallagua, al norte de Potosí.
Moreli, quien era estudiante y dirigente de la Universidad Nacional «Siglo XX», participaba en labores de desbloqueo de carreteras y auxiliaba a heridos cuando fue agredido por grupos afines al expresidente Evo Morales. Su deceso fue confirmado mediante un mensaje en redes sociales del viceministro de Régimen Interior y Policía, Jhonny Aguilera.
Contexto de la violencia
Los hechos violentos ocurrieron en el marco de los bloqueos de carreteras a nivel nacional, impulsados por sectores afines a Morales para presionar su habilitación como candidato presidencial. Los enfrentamientos en Llallagua dejaron un saldo trágico de cuatro policías fallecidos, varios heridos y el saqueo de instituciones públicas.
La agresión contra Moreli se caracterizó por su extrema brutalidad. Según los reportes, fue lanzado a un precipicio de 50 metros de profundidad, lo que lo dejó en estado crítico hasta su fallecimiento.
Investigaciones y detenciones
La Policía Boliviana lleva adelante las investigaciones correspondientes sobre estos sucesos. Hasta la fecha, se reporta la detención preventiva de 13 personas vinculadas a los actos de violencia.
Entre los investigados se encuentra el alcalde de Llallagua, Adalid Aguilar, por su presunta participación en los hechos. Las autoridades continúan recabando evidencias para determinar responsabilidades.
Reconocimiento a la víctima
El viceministro Aguilera rindió homenaje a Moreli en sus redes sociales, destacando su «legado de compromiso, lucha y liderazgo en defensa de los derechos estudiantiles y del bienestar de su pueblo». El mensaje expresó condolencias a la familia y reconoció la trayectoria del dirigente universitario.
La muerte de Héctor Moreli enciende las alarmas sobre los niveles de violencia registrados durante las protestas y marca un antes y un después en el conflicto político y social que vivió la región.
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