

El presidente Vladimir Putin firmó este lunes una ley para retirar a Rusia de la Convención Europea para la Prevención de la Tortura. Esta decisión se produce en un contexto de desvinculación de Moscú de organismos occidentales, tras su expulsión del Consejo de Europa en marzo de 2022 por la ofensiva en Ucrania. Aunque Rusia permanecía técnicamente en el convenio, las inspecciones internacionales a sus prisiones habían cesado desde ese año.
Antecedentes de la decisión
Rusia fue expulsada del Consejo de Europa, ente supervisor de derechos humanos, pero seguía adherida al convenio contra la tortura. La nueva ley elimina la obligación de permitir accesos de inspectores internacionales a su sistema penitenciario. Las notas explicativas de la norma, aprobada previamente por el parlamento ruso, acusan al Consejo de Europa de «discriminación» al negar la designación de un representante ruso en sus órganos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso afirmó el mes pasado que el retiro no «perjudicaría» a los ciudadanos y que el país mantiene su compromiso con obligaciones internacionales en derechos humanos. Anteriormente, el presidente de la Duma, Viacheslav Volodin, criticó que la labor rusa en el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura fue bloqueada desde el inicio de la guerra en Ucrania en 2022, impidiendo la elección de un nuevo representante desde diciembre de 2023.
Reacciones internacionales
Dos relatores especiales de la ONU expresaron a principios de este mes que la salida del tratado «levanta señales de alerta sobre lo que está ocurriendo tras las rejas» en las cárceles rusas. Ucrania y organizaciones internacionales han acusado al ejército ruso de torturar prisioneros de guerra y civiles en territorios ocupados, mientras Moscú ha lanzado acusaciones similares contra Kiev. Rusia ha obstaculizado la labor de diversos organismos que vigilan prácticas de tortura, comúnmente atribuidas a fuerzas de seguridad y el Ejército.
Compromisos futuros
A pesar de la desvinculación, el Ministerio de Justicia ruso asegura que el país seguirá participando en otros tratados internacionales sobre tortura. «Rusia seguirá participando en los principales tratados internacionales que establecen normas que prohíben la tortura y mecanismos para supervisar su cumplimiento», declaró la viceministra de Justicia, Elena Ardabieva, en una reunión en la Duma.
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