

Un informe de ONU Mujeres reveló que 676 millones de mujeres y niñas estuvieron expuestas a conflictos armados en 2024, la cifra más alta registrada desde la década de 1990. El dato forma parte del reporte «Instantánea de Género 2025», difundido en vísperas de la Semana de Alto Nivel de Naciones Unidas.
El documento analiza los avances y retrocesos en materia de género relativos a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La alerta principal se centra en el drástico aumento de la violencia y sus efectos desproporcionados sobre la población femenina a nivel global.
Aumento alarmante de la violencia
La violencia en conflictos armados registró un incremento significativo. El número de muertes de mujeres fue aproximadamente cuatro veces mayor que en el bienio anterior. Según el informe, siete de cada diez de estas muertes ocurrieron específicamente en Gaza.
La violencia sexual en zonas de conflicto también sufrió un aumento drástico de un 25% en 2024. Las mujeres y niñas representaron el 92% de las víctimas de esta violencia.
Pobreza extrema y otras desigualdades
El informe proyecta un panorama preocupante para 2030. Si las tendencias actuales continúan, 351 millones de mujeres y niñas vivirán en pobreza extrema. Actualmente, la pobreza extrema femenina se mantiene en torno al 10%.
La inseguridad alimentaria también afecta de manera desigual. Existen casi 64 millones más de mujeres adultas que de hombres en esta situación. Además, se detalla que, a finales de 2024, cuatro millones de niñas fueron obligadas a someterse a la mutilación genital femenina.
Avances y llamado a la acción
El reporte también destaca áreas de progreso donde se ha priorizado la igualdad. La mortalidad materna disminuyó casi un 40% entre 2000 y 2023. Los países con medidas integrales contra la violencia tienen tasas 2,5 veces menores de violencia de pareja.
La ONU hace un llamado urgente a la comunidad internacional para invertir en mujeres y niñas. Advierte que, de no hacerlo, se arriesga a perder otra generación de progreso. El informe concluye que, a cinco años de la fecha límite de los ODS, ninguna meta de igualdad de género avanza según lo previsto.
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