

El presidente chino Xi Jinping lideró este miércoles un desfile militar en Pekín para conmemorar el 80º aniversario de la victoria de China en la Segunda Guerra Mundial contra Japón. El evento, realizado en la plaza de Tiananmén, destacó la presencia inédita de los líderes ruso Vladimir Putin y norcoreano Kim Jong-un, simbolizando alianzas geopolíticas en medio de tensiones globales. Xi enfatizó la necesidad de «recordar la historia» y honrar a los veteranos, mientras se exhibió armamento avanzado para resaltar el poderío militar chino.
El acto incluyó una salva de 80 disparos de artillería, izado de la bandera nacional y un desfile aéreo con helicópteros portando pancartas como «La justicia prevalecerá. La paz prevalece. El pueblo prevalece». Alrededor de 50.000 invitados presenciaron el evento, que generó entusiasmo popular y reacciones internacionales, incluyendo un comentario irónico del presidente estadounidense Donald Trump.
Encuentro inédito con líderes internacionales
Por primera vez, Xi Jinping apareció públicamente junto a Vladimir Putin y Kim Jong-un en un evento de esta magnitud. Los tres mandatarios caminaron por la alfombra roja hasta la tribuna en la Puerta de la Paz Celestial, acompañados por más de 20 jefes de Estado y gobierno.
La lista de invitados incluyó líderes de Vietnam, Malasia, Pakistán, Bielorrusia, Irán, Serbia, Zimbabue y Cuba, representado por Miguel Díaz-Canel. Para Kim, este fue su primer evento multinacional desde 2011, mientras Putin reforzó lazos con Pekín ante conflictos con Occidente.
Han Yongguang, un veterano de 75 años y miembro del Partido Comunista, describió el acto como una muestra de que «el mundo se une por la justicia», destacando su dimensión simbólica.
El poderío militar en exhibición
El desfile presentó sistemas de armas avanzados del Ejército Popular de Liberación, incluyendo misiles de corto y medio alcance, drones de combate furtivos y vehículos hipersónicos. Entre los destacados figuraron el misil antibuque YJ-21, el JL-3 lanzado desde submarinos y el DF-5C, una variante del misil balístico intercontinental Dongfeng-5 con capacidad para hasta 12 ojivas.
Según el analista Alexander Neill, el DF-5C, propulsado por combustible líquido y lanzado desde silos, representa un elemento clave de disuasión estratégica. También se exhibieron innovaciones como el interceptor HQ-29, sistemas antienjambre, drones submarinos y robots con forma de perro.
El misil Dongfeng-26D, apodado «asesino de Guam», fue otra novedad por su alcance hacia bases estadounidenses en el Pacífico y su capacidad para evadir defensas antimisiles. Expertos señalaron que este arsenal refleja la modernización china, compitiendo con Estados Unidos en áreas como armas láser e hipersónicas.
Reacciones y simbolismo
Xi ofreció un «agradecimiento sincero» a contribuyentes en la resistencia contra Japón, en un discurso que inició con «Camaradas y amigos, nos reunimos para conmemorar el 80º aniversario de la victoria de China». El evento incluyó himnos patrióticos como «Defender el río Amarillo», interpretados por un coro.
Desde Estados Unidos, Donald Trump reaccionó en Truth Social: «Por favor, transmitan mis más cálidos saludos a Vladimir Putin y a Kim Jong-un, mientras conspiran contra los Estados Unidos de América». En Pekín, la población gritó «¡Larga vida a la Patria!» durante el desfile aéreo.
El acto subrayó no solo el poder militar, sino el simbolismo histórico y geopolítico, con miles de guardias marchando en perfecta sincronía.
(Con información de BBC Mundo)
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