

El tema de los jubilados no es prioritario para los candidatos a la presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia. Su foco de atención está en los jóvenes, los trabajadores activos y la clase media, segmentos que concentran una mayor respuesta electoral inmediata. El padrón electoral está compuesto por 7,9 millones de votantes, de los cuales aproximadamente 1,3 millones son adultos mayores. Los jubilados, en su mayoría con rentas magras, ascienden a unos 219.266, de los cuales 17.800 continúan trabajando, ya que aún mantienen las condiciones físicas y mentales necesarias para seguir cumpliendo sus actividades laborales.
Al escuchar los discursos y revisar los planes de gobierno, es frecuente encontrar un énfasis en los sectores productivos, pero también se evidencia una omisión flagrante de la problemática de la tercera edad. Las propuestas concretas para mejorar las pensiones, garantizar el acceso a servicios de salud de calidad o crear espacios de participación y dignificación para los jubilados son escasas o inexistentes.
Los jubilados son pilares de experiencia, memoria histórica y, en muchos casos, un sostén económico silencioso para sus familias. Sin embargo, en el calor de las campañas electorales, las propuestas de los candidatos a la presidencia con frecuencia parecen pasar por alto las necesidades y el invaluable aporte de este sector, sumiéndolos en un preocupante olvido.
Es innegable, desde todo punto de vista, que los jubilados fueron el alma silenciosa del sistema boliviano: su trabajo sostuvo al Estado, sus aportes financiaron el futuro y su historia cimentó la identidad nacional. Hoy, las miopes miradas electorales pasan de largo sobre quienes, lejos de descansar, siguen construyendo el país día a día.
El aporte de los jubilados va mucho más allá de su trayectoria laboral. Representan una reserva de conocimiento y experiencia acumulada a lo largo de su vida activa. Han sido testigos y partícipes de las transformaciones sociales, económicas y políticas del país en los últimos 50 años, y su memoria colectiva constituye un archivo viviente que podría ser fundamental para la toma de decisiones.
Más allá de lo intangible, muchos jubilados son un soporte económico vital para sus familias. En un contexto de crisis económica, precariedad laboral y salarios insuficientes, sus rentas, aunque modestas, a menudo se convierten en el único ingreso estable en hogares donde conviven varias generaciones. Contribuyen al pago de servicios básicos, a la educación de los nietos e incluso a la alimentación diaria. Son, en esencia, una red de seguridad social informal que amortigua los embates de la crisis.
Además, los jubilados son activos en sus comunidades. Muchos dedican su tiempo a actividades voluntarias, participan en organizaciones cívicas o sindicales, o simplemente ofrecen su tiempo y sabiduría para el cuidado de sus nietos, permitiendo que sus hijos puedan trabajar. Su presencia en la vida cotidiana de las ciudades capitales, poblaciones intermedias, barrios y pueblos en general es un factor de cohesión social, ya que transmiten valores, tradiciones y fomentan el sentido de pertenencia.
El aporte de los jubilados bolivianos es una fuerza silenciosa pero potente que sostiene a familias y comunidades, enriqueciendo el tejido social con su experiencia y sabiduría. Es un pilar que merece ser reconocido y valorado. El persistente y paradójico olvido de este sector por parte de los candidatos a la presidencia de Bolivia no solo representa una deuda moral, sino también una falla estratégica.
Un país que aspira a un desarrollo integral y equitativo no puede permitirse ignorar a quienes cimentaron su presente. Es imperativo que las agendas de los políticos y del próximo gobierno incluyan políticas públicas y propuestas concretas y dignas para los jubilados, reconociendo su invaluable contribución y asegurándoles una vejez con la dignidad y el respeto que merecen. Solo así se construirá una sociedad más justa, inclusiva y agradecida con quienes han entregado su vida entera.
Jhonny Salazar Socpaza es periodista.
La opinión expresada en este artículo es de exclusiva responsabilidad del autor y no representa una posición oficial de Enfoque News.
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