

Bolivia recibió 247 millones de dólares en Inversión Extranjera Directa (IED) en 2024, ubicándose entre los países con menor captación de capital extranjero en Sudamérica, según el último informe de la CEPAL. Aunque la cifra representa un aumento del 3% frente a 2023, el país no registró nuevos proyectos de inversión por primera vez en casi 20 años.
El dato contrasta con el desempeño de economías como Brasil (71.070 millones de dólares, +13,8%) y México (45.337 millones de dólares, +47,9%), líderes regionales. Incluso países como Perú (6.799 millones de dólares) y Colombia (14.269 millones de dólares) superan ampliamente a Bolivia, pese a caídas en sus flujos.
Potencial minero sin aprovechar
Bolivia posee 31 de los 38 minerales críticos más demandados globalmente, como litio, estaño y niobio, según el exministro de Minería, Jaime Villalobos. Sin embargo, la falta de tecnología y políticas claras limita su explotación.
La CEPAL destaca que, aunque la región concentra el 42% de proyectos anunciados en minerales críticos entre 2005 y 2024, Bolivia solo captó el 0,3% del total. Chile, Perú y Argentina lideran en este rubro.
Reinversión, pero sin capital fresco
El Banco Central de Bolivia (BCB) confirmó que el ingreso neto de IED en 2024 provino principalmente de reinversión de utilidades (ganancias no distribuidas), no de nuevos capitales. La cifra es 85,9% menor al récord de 1.750 millones de dólares alcanzado en 2013.
Aunque el riesgo país bajó a 1.455 puntos en julio (por expectativas políticas), analistas señalan que se requieren reformas estructurales para atraer inversiones.
¿Qué dice la CEPAL?
José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo del organismo, subrayó que la región debe usar la IED para un desarrollo más productivo y sostenible. Sin embargo, advierte que Bolivia y otros países no articulan políticas claras para diversificar su economía más allá de la extracción de materias primas.
Dato clave: El 62% de las exportaciones regionales de minerales críticos son sin procesar, lo que refleja baja agregación de valor.
Pese a su riqueza mineral, Bolivia sigue dependiendo de inversiones modestas y rezagadas. Expertos insisten en que, sin estabilidad jurídica e incentivos, el país no podrá competir en el flujo regional de IED.
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