

Un incendio forestal, provocado por un rayo el 4 de julio, consumió el histórico Grand Canyon Lodge y decenas de estructuras en el Borde Norte del Parque Nacional del Gran Cañón en Arizona. Las llamas, avivadas por condiciones climáticas extremas, han obligado al cierre indefinido de la zona y a la evacuación de bomberos y turistas.
Pérdidas irreparables y evacuaciones
El fuego, bautizado como Incendio Dragon Bravo, destruyó el único alojamiento del Borde Norte, cabañas, viviendas para empleados y una planta de tratamiento de aguas residuales. El superintendente del parque, Ed Keable, confirmó la pérdida de entre 50 y 80 estructuras, aunque no se reportaron heridos.
Durante el fin de semana, bomberos y excursionistas fueron evacuados por riesgos de intoxicación debido al gas cloro liberado por la quema de la planta. Navegantes del río Colorado recibieron instrucciones de evitar Phantom Ranch, un emblemático campamento en el fondo del cañón.
Críticas a la estrategia inicial
La gobernadora de Arizona, Katie Hobbs, exigió una investigación federal por la decisión del Servicio de Parques Nacionales de no combatir el incendio de manera agresiva desde su inicio. Inicialmente, las autoridades optaron por una estrategia de «confinar y contener», pero cambiaron a supresión total una semana después, cuando el fuego ya cubría 20 km² (7.8 millas cuadradas).
«Los arizonenses merecen respuestas sobre cómo se permitió que este incendio devastara el parque», declaró Hobbs en redes sociales.
Dos incendios activos y avances parciales
Además del Dragon Bravo, el Incendio White Sage ha consumido 162 km² (63 millas cuadradas) cerca del Borde Norte. Aunque los equipos reportan progresos en este último, las altas temperaturas y los vientos complican las labores.
El Borde Norte, que recibe solo el 10% de los 5 millones de visitantes anuales del parque, permanecerá cerrado hasta nuevo aviso. El Grand Canyon Lodge, inaugurado en 1928 y famoso por su arquitectura con vigas de pino y vistas panorámicas, quedó reducido a cenizas.
Contexto histórico
El albergue, un ícono turístico, albergaba una estatua de bronce de Brighty the Burro, un burro salvaje que vivió en el cañón a principios del siglo XX. Su cierre temporal en invierno y reapertura en mayo lo hacían un destino exclusivo para visitantes.
Mientras los equipos trabajan para controlar las llamas, las autoridades evalúan los daños y planean la reconstrucción de una zona clave para la historia natural y turística de Estados Unidos.
(Con información de agencias)
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