

El gobierno de Nicaragua anunció este jueves su retiro inmediato de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), argumentando que el organismo ha emitido publicaciones “sesgadas” sobre la migración nicaragüense. La decisión fue comunicada a través de una carta firmada por el canciller Valdrack Jaentschke y dirigida al alto comisionado Filippo Grandi.
Según el documento, publicado en medios oficialistas, Acnur ha dejado de lado su mandato para convertirse en “un instrumento de manipulación” y “de injerencia en los asuntos internos de los Estados”.
Críticas a la postura de Acnur
En los últimos meses, Acnur ha instado a la comunidad internacional a brindar apoyo a los miles de nicaragüenses que huyen hacia Costa Rica, denunciando pobreza, represión y falta de oportunidades en su país de origen. La agencia también advirtió que la asistencia a estas personas corre peligro debido a la escasez de apoyo internacional.
Desde las protestas opositoras de 2018, que dejaron más de 300 muertos según cifras de la ONU, miles de ciudadanos han abandonado Nicaragua. Organismos internacionales han denunciado la represión estatal y la persecución contra opositores, muchos de los cuales han sido privados de su nacionalidad o han visto sus bienes confiscados.
Nicaragua se aleja del sistema multilateral
Esta no es la primera vez que el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo rompe vínculos con organismos internacionales. En los últimos meses, Nicaragua se ha retirado del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, de la Unesco, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), acusándolos de promover “injerencias” y “falsedades”.
Uno de los detonantes recientes fue el otorgamiento del Premio UNESCO a la Libertad de Prensa al diario La Prensa, crítico del gobierno y cuyos periodistas operan desde el exilio. Managua consideró el galardón como un acto “inaceptable”.
Control político y represión interna
Daniel Ortega, de 79 años y exguerrillero sandinista, ha reforzado su poder desde las protestas de 2018. En febrero de este año, designó a su esposa Rosario Murillo como copresidenta, consolidando el control del Ejecutivo. Bajo su mandato, Nicaragua ha intensificado la represión contra voces disidentes, incluyendo la expulsión de organizaciones y la cancelación de más de 3.000 ONG.
Con esta nueva retirada, Nicaragua profundiza su aislamiento en el sistema multilateral, en medio de denuncias persistentes por violaciones a los derechos humanos y por la creciente salida de ciudadanos que buscan refugio en otros países.
(Con información de agencias)
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